domingo, 5 de junio de 2022

(Recopilación) Yo Escribo 52 Historias / Semana 19 y 20 by Varios Autores

 
Yo Escribo 52 Historias BFD



Semana 19 - Calabaza / Neblina
Semana 20 - Albaricoque / Heterocromía



Varios Autores

Jacqueline Estay Guerta (Taygeta Maia), María Elena Rangel, Salvador Alba, Neus Sintes, Freya Asgard, Eelynn Cuellar, Katty Montenegro

Hello, hello!!!


Y aquí la siguiente recopilación de las semanas 19 y 20, en la que yo imaginé que una de ellas estaría complicada, pero para mi sorpresa han salido rápido y muy diferentes relatos.

Y bueno, seguimos en pie 7 autores y aquí los 114 relatos, que los disfruten!!!


















Jacqueline Guerra Estay (Taygeta Maia)

Miedo

Esa noche, caminaba de vuelta de mi trabajo con un frío horrible y una neblina que dejaba ver muy poco, mientras en las casas la gente ponía los últimos adornos para la noche de Halloween.
Qué tontera, pensaba yo para mis adentros, gastar tanto dinero y dejar tanta basura por una noche estúpida, que ni miedo da.
Encendí un cigarrillo, me gustaba fumar mientras caminaba y así seguí, faltaban pocas cuadras para llegar a mi casa que era la única que no celebraba esa ridícula fiesta.
Al llegar a casa, tropecé con algo que me hizo gritar de miedo, ahí enfrente de mi casa había un hombre tirado mientras una calabaza le comía la cabeza.
―¡Sorpresa! ―gritaron mis hijos y mi esposo.
Miré nuestra casa y estaba adornada como las otras. El hombre tirado en el suelo era un muñeco que habían confeccionado ellos y que casi me hacen morir de un infarto.









María Elena Rangel

No Solo Sucede en Halloween

Esa tarde en mi granja había mucha neblina; el espantapájaros que coloqué para que ahuyentara los cuervos, que no dejaban en pie mis calabazas, parecía una calabaza gigante de apariencia algo tétrica. 
Al llegar la noche se desató una lluvia torrencial que cortó la electricidad, la luz de los relámpagos le daban un halo macabro a aquel endemoniado espantajo. No sé si eran alucinaciones mías, pero en un momento dado me pareció que se movía. Negué con la cabeza, estoy paranoico, pensé.
Cerca de la media noche, ya casi conciliaba el sueño, escuché un graznido semejante a una risa espeluznante que erizó todos los vellos de mi cuerpo. Con mucho temor me asomé a la ventana, levantando la cortina solo un poco. Allí pegado al cristal vislumbré la silueta retorcida del espantapájaros que me miraba con ojos desorbitados. 
Mi vecina con la que solía tomar una copa, y algo más, todos los anocheceres, se extrañó que ese anochecer no aparecí por su casa así que decidió ver que sucedía. Tocó a mi puerta, al ver que no respondía buscó la llave de repuesto escondida debajo de la alfombra de la entrada. Al abrir gritó con horror, allí al lado de la ventana encontró mi cuerpo, mi cara desfigurada con una mueca de terror. 
El diagnóstico del forense: muerte traumática por terror. Nunca supieron que pudo haberla causado; tampoco nadie se dio cuenta de que el perverso espantapájaros había desaparecido.









Salvador Alba

El Origen Del Sumun Idiotarum

El sol quedó oculto por algo inmenso y amorfo de color grisáceo, una ligera neblina surgió de la nada y el pueblo quedó desierto al temerse lo peor.
Un niño salió de su casa con curiosidad, su madre lo persiguió, pero quedó paralizada al ver a los seres que acababan de llegar.
—¡Timy! Ven, no te acerques más.
El niño se aproximó al ser que más cerca tenía y le tendió la mano.
La madre quedó expectante al momento en que entraran en contacto. Y en el instante en que sucedió, su hijo se convirtió en una calabaza reluciente, de color muy vivo y rebosante de vida. Tanto, que le salieron brazos y piernas y persiguió a su madre para devorarla. En la huida, tras recibir una dentellada de su hijo en un brazo, pudo abofetearlo y encerrarse en su casa. Miró por la ventana y vio a su hijo correr en busca de algo, pues cambiaba de dirección sin motivo aparente. Entonces, se fijó en que los demás vecinos estaban también asomados a sus ventanas, expectantes.
Los seres, cuyo cuerpo era una especie de masa gelatinosa de color azul cristalino, comenzaron a avanzar levitando, dispersándose por las calles.
La madre de Timy vio cómo su hijo/calabaza perseguía a la panadera hasta que le dio alcance y le mordió en el cuello. Al soltar a la mujer, esta se transformó en un pepino al que le salieron brazos y piernas y echó a correr.
Los seres gelatinosos se detuvieron en una formación peculiar, todos estaban separados con la misma distancia. Y se iluminaron. Entonces, todos los vecinos salieron con parsimonia y con la mirada perdida. Timy/calabaza y la panadera/pepino se cebaron con todos. No dejaban a ninguno sin morder. Todo el pueblo se convirtió en hortalizas vivientes, menos unos pocos afortunados. La madre de Timy/calabaza se dio cuenta de que los afortunados que no se habían transformado eran veganos. De ese modo, salió a toda prisa de su casa y buscó a Timy/calabaza con lágrimas en los ojos. Hortaliza y madre se abrazaron.
—Mami, hay que ver la ostia que me has dado, después del mordisco solo quería pedirte perdón y darte un abrazo.
—Lo sé, calabacita mía.

***

Tras la transformación de la población mundial en hortalizas o veganos, la humanidad avanzó en inteligencia hasta tal punto que llegaron a la conclusión de que la vida no tenía sentido y se suicidaron en masa en lo que los Macacos, la nueva raza dominante, denominaron el Sumun Idiotarum.









Neus Sintes

Noche de Brujas

Se acercaba la noche de Halloween. Para muchos una festividad. Para los niños una fiesta donde se disfrazaban para recibir caramelos y demás chucherías, jugando a Truco o Trato y tocando a todos los portales des las casas vecinas. Pocos sabían, por no decir casi nadie, excepto los mas ancianos, que Halloween no era una fiesta cualquiera. Una de las ancianas siempre se dedicaba a poner una calabaza en los portales de cada casa. Aunque no lo hacía por diversión, sino por precaución.
Dícese que era para ahuyentar al diablo. Aline, no era una anciana cualquiera. Intuía que esa noche sería muy diferente. Sus fuerzas ya no eran las mismas de años atrás. Aún así siguió con su faena de colocar calabazas en todos los hogares. Una vez terminado, se acercó a la casa abandonada, cerca del cementerio. Miró al cielo y una neblina empezó a cubrir la atmósfera.
-Han llegado- dijo para sí misma.
Tres mujeres se acercaron a Aline, con sus vestimenta oscuras. Eran algo mas jóvenes, aunque con un parecido a Aline.
-Hola, hermanas – imaginaba que esta noche vendríais.
-Faltaría más. Somos brujas y tus hermanas.
-Sed discretas. Hace tiempo que dejé de hacer magia y me esforcé en ser una ciudadana como los demás.
Las demás fueron a interrumpir, pero Aline les paró con un ademán de manos. Se despidieron, mientras veía cómo entraban en la casa abandonada, la que antaño también fue su casa. De la que tuvo que abandonar al ver al diablo por vez primera y no poderlo ahuyentar con sus poderes. Recordaba como una de sus hermanas, la más pequeña de ellas, hipnotizó al diablo y junto a el se puso a bailar una danza. Tras unos minutos, el diablo perdió su forma y desapareció.
Lyve, siempre tuvo mucho mas poder que sus otras hermanas. Parecía que de las cuatro hermanas, Lyve era más poderosa, ya porque fuera de distintas generaciones o hubiera adquirido los genes de antepasados. Lyve siempre había adorado la noche de las brujas, ahora llamada la noche de Halloween, por ello cuando sus hermanas estaban distraídas y Aline se había ido a su casa, encontró la calabaza. La asió con ambas manos y la echó lejos de la casa, hasta que no quedó nada de ella.
A la medianoche la fiesta había empezado, hasta para sus hermanas. Aunque Lyve prefirió quedarse en su habitación, a la espera de su amante. Ansiaba esa noche para poder invocar de nuevo y que hiciera su aparición su amado Diablo.
-Entra en mi vida. En esta noche tan especial, a ti te hago llamar.
-Aquí estoy, Lyve. Siempre a tu llamada voy a responder…









Freya Asgard


La neblina se hizo presente de la nada. De un segundo a otro, nos vimos envueltas en ella. Mi amigo Francisco me abrazó de los hombros, me quería proteger, aunque yo estaba segura de que él también tenía miedo. Adentrarnos en esa caverna no pareció tan buena idea después de todo. Los gritos, aullidos y golpes, no se hicieron esperar. Antes de girar en una esquina, una horrible calabaza nos miró con ojos de fuego. Yo quería escapar. Los huesos de los cadáveres se amontonaban al lado del camino. Una telaraña rozó mi cara y ahí fue que perdí el control. Me agarré a Francisco y me subí encima de él gritando como loca. Él trataba de tranquilizarme, pero una risa nerviosa no lo dejaba hablar. Estoy segura de que era nerviosa, aunque después, cuando salimos del “La caverna del terror” me dijo que se reía de mí y de mi escándalo. Lo que es yo, no vuelvo a entrar en un juego de miedo nunca más.









Eelynn Cuellar

¡Hola, Abuelo!

Cassandra estaba acostada viendo la televisión cuando su abuela entró a su habitación para pedirle que fuera al huerto y le llevara un calabaza.

—Abue, ya está oscureciendo —contesta con pereza—, no puede ser mañana.

—Niña, no me rezongues necesito la calabaza para preparar el pastel de tu abuelo.

—Tita, pero si el abu... Ok ya voy, ya voy.

Se sorprende que aunque apenas van a dar las seis de la tarde y estando en plena primavera se vea tan oscuro y se sienta tanto frío. Una pequeña brisa llena el ambiente y el aire huele a humedad. Conforme me voy adentrando al huerto, noté que la neblina iba descendiendo rápidamente, dándole un lúgubre toque a la noche. Siento un escalofrío que recorre mi columna vertebral y los vellos de mi cuerpo se erizan todos. Nunca he tenido miedo... A nada en realidad. No es que me sienta valiente, pero gracias a mi don, veo las cosas diferentes.

Hubo un momento en que creí que mi tita también lo tenía por algunas cosas que decía y el día que estuve a punto de hablar de él, me di cuenta que en realidad no lo poseía y me resigné a vivir esto sola.

La primera vez que me sucedió, era muy pequeña y en su momento no lo entendí. Recuerdo que estaba en la cama durmiendo, sentí frío y cuando me enderecé mi habitación estaba llena de humo, después comprendí que no era humo, sino neblina y se que verla, sentirla u olerla —tardé en aprender esto—, significaba que uno estaba cerca y venía por ayuda.

¿Esto es sencillo?

Para nada, ya que puede suceder en cualquier momento y es como si entrara en una especie de trance, los demás creen que me da un ataque de epilepsia o un desmayo, y lo que sucede en realidad es que me despliego astralmente para poder ayudarlos.

Veo gente muerta que necesita un último favor para poder trascender.

Estoy tan acostumbrada a esto que ya lo veo con normalidad, aunque esto en realidad es difícil, a veces son cosas sencillas para realizar, otras es complicado acercarme a desconocidos para darles un mensaje del más allá. Me ven raro, me atacan y se burlan de mí. Esto es lo difícil... Que me crean.

Cuando veo a mi abuelo, me sorprende, es más común que los fantasmas que vea es gente que ha fallecido recientemente, él tiene más de quince años.

—¿Cuánto has crecido mi pequeña?

—Abue, ¿Cómo es que...? 

—Créeme mi niña, no quisiera estar aquí.

Sus palabras me atemorizan y no puedo evitar llorar.

—¿Me dolerá?

—Estoy aquí para tomarte de la mano y sea más sencillo.

No me asusta la muerte, me duele más que de haberlo sabido, les hubiera dado un beso de despedida a mi mamá y mi abuela, que se quedarán esperando que entre de nuevo por esa puerta.

 







Katty Montenegro

Preparación Para halloween

Cada año veía recetas con calabazas para halloween y me proponía hacerlas para el siguiente año. Como en mi ciudad no eran habituales, sólo conocía la teoría, pues nunca había llegado a realizarlas. A mediados de año me encontré con calabazas en el supermercado y decidí comprar una para practicar una de las recetas al horno que me tenía tentada.
Llegué a casa y me dispuse a prepararlas, aún tenía tiempo. Todo iba bien, logré sacar la carne, hice la preparación del relleno que quedó bastante buena, las rellené y las metí al horno.
Mientras se terminaban de hacer, me puse a guardar la mercadería que había comprado en los muebles de cocina, los utiles de aseo en el baño y en algún punto, mi personalidad dispersa me jugó una mala pasada, subí a mi habitación y me olvidé por completo. Sentí un olor maravilloso que rápidamente se volvió tóxico.
—¡Las calabazas! —grité de inmediato.
A medida que bajaba el humo me ahogaba, era como estar envuelta en una densa neblina. La tos se apoderó de mi. Apagué la cocina y abrí puertas y ventanas para disipar el humo.
Volví a la cocina y vi que definitivamente no quedaron como las del post. Tendría que seguir trabajando... En mi déficit atencional...


















María Elena Rangel

El Hechizo de tus Ojos

Una de mis debilidades son los albaricoques. Me encontraba en el supermercado, para ser más exactos en la sección de frutas, escogiendo algunos de aquellos apetitosos albaricoques que me tenían la boca hecha agua. Extendí mi mano para tomar uno en su punto de madurez, ese en el que la fruta es más dulce con su justo toque de acidez que hace que tenga un orgasmo gastronómico. Ya casi la tocaba con mis dedos, cuando de repente otra mano, una masculina para ser más precisos, me la arrebató dejándome con un sentimiento de vacío.

Con la furia apoderándose de mí levanté mis ojos, encontrándome con otros pícaros, muy particulares. El chico era todo un bombón, pero sus ojos fueron los que llamaron mi atención por lo hermosamente llamativos que eran; uno era gris y el otro color ámbar. Una combinación en extremo sexi. Nunca había visto a nadie con heterocromía, pero este chico tenía unos ojos preciosos.

─Disculpa mi torpeza, solo quería acercarme para conocerte ─confesó el chico, con la voz más sensual que jamás escuché.
Le respondí con descaro.

─Con lo provocativo que eres no necesitas ninguna excusa ─sonreí de forma traviesa.

─Entonces, ¿te gustaría ir a tomar un batido de albaricoque conmigo?

─Tal vez hoy un batido, más adelante podría ser algo más…

Ese fue el comienzo de una larga relación. Una que culmina hoy en el altar.









Neus Sintes

El Poder De La Mirada

Daniela, Dany para sus amistades era una joven dinámica por naturaleza que le apasionaba el medio ambiente. Un día fue al supermercado, cuando se percató de una tenderete nuevo, donde vendían albaricoques. Al verlos no pudo resistir a probar uno de ellos, su color y textura eran tan apetitosos que la tentación pudo más y no aguantó a probar uno de ellos.

De camino a casa, cogió uno de la bolsa. Se lo llevo a la boca y pudo notar el sabor único, tal vez el más especial de todos los albaricoques. Nunca en su vida había sentida esa obsesión y percibido un sabor tan exquisito como el que estaba sintiendo. Tanto el sabor como su textura le parecían a Daniela un manjar.

Daniela era una chica de costumbres fijas. Al día siguiente tenía que madrugar. Tenía que acudir a la universidad, donde estudiaba la rama dirigida a proteger al medio ambiente y a la naturaleza. Esa noche la pasó soñando sueños paranormales. En su mente podía ver imágenes difuminadas entre sí que le susurraban en sueños, intentando decir cosas ininteligibles. La última que pudo ver y ésta si la pudo ver con claridad fue la de un albaricoque.

Despertó sudorosa y sobresaltada. Se llevo las manos a su cabeza, aún medio aturdida. Decidió levantarse para lavarse la cara. Al echarse agua, se miró en el espejo, parpadeó dos veces y entonces pudo ver que sus ojos habían cambiado de color. Uno era de color verde y otro azul. Se froto dos veces para comprobar que no estaba soñando.

A raíz de entonces Daniela, tras muchos estudios pudo averiguar que padecía lo que muy pocas personas tenían en el mundo. La heterocromía. Ya sea por genes que circulaban en sus venas o por casualidades de la vida. Daniela, intuía que el albaricoque que había consumido, tenía algo que ver en el cambio de calor de sus ojos. No se lo dijo a nadie. Pero después de consumirlo, ésa noche fue la primera de muchas en que las almas errantes reaparecían en sus sueños para pedirle ayuda. Su mirada había adquirido un poder, que iba mucho más allá de la vida.









Salvador Alba

En Tiempos De Heterocromía

Año 2988.

Por todos es sabido que la heterocromía es la nomenclatura de la anomalía en la que los ojos son de color diferente, lo que no saben muchos hoy en día es que las personas con esta peculiaridad sufrieron a lo largo de los siglos un maltrato público, llegando a ocultarse su afección sacándoles un ojo al nacer.

La sociedad no permitía que los heterocromiosos o heterocromiosas hiciesen vida pública normal, siendo rechazados por todo aquel que se percataba de su anomalía con insultos específicos a su condición, la más utilizada era heterocromioso de mierda.

En el último siglo surgió un movimiento pro heterocromía a raíz de una agresión brutal en la que un grupo de niños redujeron a una heterocromiosa y le clavaron en un ojo un hueso de albaricoque. A partir de ese momento, los heterocromiosos y heterocromiosas han ido ganando popularidad y posición social hasta llegar al punto de convertirse en ídolos de masas. Actualmente existe la posibilidad de cambiar de color de ojos gracias a la ciencia a un muy alto precio, pero accesible.

Un grupo de sociólogos llevan unos años estudiando el fenómeno del auge heterocromioso y han determinado que en pocos años el rechazo social de antaño hacia la heterocromía se invertirá hacia quienes no presenten esta anomalía.

Por el bien de todos y del que escribe, esperemos que no llegue a cumplirse esa predicción. En caso contrario, seré el primero en meterme un hueso de albaricoque en el ojo para que no se note que los tengo del mismo color.









Taygeta Maia  (Jacqueline Estay Guerra)

Ternura

El árbol de albaricoque estaba hermoso, cargado de frutos que estaban madurando. El pasto estaba verde y las flores de maravillosos colores. Me sentía dichosa con mi jardín. Sata que…

A mi esposo no se le ocurrió nada mejor que traer un perro a la casa.

―¡No! ¡No puede ser! ―le dije enojada― este será el fin de mis flores, del pasto, de mi jardín.

―Mira que hermoso es.

En realidad, era un perro hermoso, completamente blanco, parecía un perro de peluche, era chiquito y juguetón. Pero aún así, yo no lo quería, me había esmerado mucho para tener el jardín que siempre soñé y ahora seguro que ese perro destruiría todo.

―Va a destruir las plantas y el pasto, ¿es que no te das cuenta?

―Yo me preocuparé de que no lo haga y me ocuparé de todo lo que se refiera a este perrito, tú no tendrás que hacer nada.

De pronto el perro se acercó a mi y no pude evitar acariciarlo y mirar su carita.

―¡Mira! ―le dije a mi esposo― tiene hipercromía, tiene un ojo verde y uno azul, es una ternura.

Desde ese día mi esposo lucha porque no destruya el jardín y es el regalón de la casa.

Bragui le pusimos.









Freya Asgard


Luis estaba esperándome en el paradero como siempre. Era mi mejor amigo, pero yo hubiera deseado que fuera algo más. Sus ojos tenían la rara condición de heterocromía, uno era verde el otro celeste y, en esa piel canela, resaltaban demasiado, además, tenía una mirada profunda y transparente. Éramos amigos desde el kínder. Yo estaba enamorada de él desde entonces, pero él nunca me vio más que como amiga. Yo nunca dije nada porque no quería perder su amistad. 
―Hola ―me saludó en cuanto llegué a su lado―, te traje un albaricoque del árbol de mi casa, es el primero, sé cuanto te gustan. 
―Hola, sí, gracias, eres un amor. 
―¿Sí? ¿Por un albaricoque? ―me preguntó burlón. 
―Sí, ¿por qué más? 
―Yo pensé que era por mi belleza y carisma. 
―Ah, bueno, también por eso ―respondí con sinceridad. 
Él solo sonrió. 
El autobús no se detuvo, tuvimos que esperar al siguiente, y al siguiente; llegaríamos tarde. Ambos estudiábamos arquitectura y habíamos logrado quedar en las mismas clases, por lo que pasábamos todo el día juntos y muchas noches, cuando nos tocaba estudiar. Él se quedaba en mi casa o yo en la suya. 
Al llegar, nos dimos cuenta de que había problemas. Unas ambulancias y unos patrullas bloqueaban la entrada. 
―¿Qué pasó? ―le preguntamos a un compañero. 
―Entraron a balear. Hay varios heridos y dicen que hay muertos. 
―¿Qué? Pero ¿cómo? ―Me espanté. 
―Llegué un poco tarde y vi que el Gerardo estaba baleando a todo el que pasaba, así que me devolví y ahí llegó la policía y las ambulancias. No sé más.  
Me apegué a Luis, si el bus no nos hubiera dejado, habríamos estado allí. Me abrazó y me sacó de allí. 
―Qué lástima. ―Escuché decir a una profesora―. Tanto por vivir. Nadie tiene la vida comprada y nunca se sabe cuándo será nuestro turno. 
Yo miré a Luis, él me miró. 
―Es verdad ―dijo él―, no sabemos lo que traerá el futuro y a veces uno pierde tiempo por miedo. 
Se acercó y me besó, con mucha suavidad. Yo le correspondí, hacía mucho que lo esperaba. 
―Siempre he estado enamorado de ti, desde el kínder, nunca me atreví a decírtelo por miedo a que se terminara nuestra amistad, pero ahora creo que no puedo seguir perdiendo el tiempo. Pienso en que, si hubiéramos sido nosotros, nunca hubiera tenido la oportunidad de decirte lo que siento. Si no quieres seguir nuestra amistad… 
―No quiero ―lo interrumpí. Él se separó un poco apenado―. Yo también estoy enamorada de ti desde siempre, pero tampoco quería que se acabara nuestra amistad. 
Me volvió a besar. 
―¿Y si se termina? ―le pregunté con miedo. 
Él me dedicó una linda sonrisa. 
―Nos conocemos desde hace más de quince años, hemos pasado de todo juntos, hemos dormido y despertado en la misma cama o sillón… Hemos discutido, hemos reído, hemos soñado juntos. ¿Crees que no estamos preparados para estar juntos como pareja después de todo lo que hemos vivido? Te conozco desde el pelo, hasta la punta de los pies ―cantó desafinado, yo me largué a reír―. Si nos amamos, estamos perdiendo el tiempo, y esto nos pudo pasar a nosotros. No me alegro de lo que pasó, pero sí me alegro de que no estábamos aquí, lo siento como una nueva oportunidad. Y las segundas oportunidades hay que vivirlas a concho, antes de que no haya una tercera. 
Le encontré la razón.









Eelynn Cuellar

Medidas Extremas

Escucho en la lejanía el sonido del despertador y somnoliento intento recordar lo que estaba soñando antes de abrir los ojos y verme sumido en la oscuridad. Aún es demasiado temprano y en la calle no se escucha ruido alguno fuera de algún perro ladrando o grillo cantando.

Cada noche tengo el mismo sueño, la misma pesadilla, recordando... Reviviendo esa noche. Realmente no logro descansar correctamente y me levanto igual de cansado que como me fui a la cama.

Camino torpemente a la cocina, encuentro la cafetera y coloco pan de caja en la tostadora, me dirijo al refrigerador y la mermelada de albaricoque.

Una vez que terminó de desayunar me doy una ducha rápida y enciendo el ordenador. Ahí reviso mis redes sociales y noticias locales para ver si hay algo nuevo. Al no encontrar novedad alguna que me interese abro el documento en el que estoy trabajando, hace semanas no logro avanzar mucho en mi historia, creí que había encontrado el camino correcto, sé que quizá me excedí.

Ella no tenía que haber muerto, se supone que solo buscaba realismo en un secuestro, confié en desconocidos que me pidieron una fuerte cantidad de dinero, nos tendrían unos días cautivos y después nos liberarían, pero los muy desgraciados quisieron abusar de mi mujer, en un intento de evitarlo recibí un golpe con la cacha de la pistola en mi ojo derecho y perdí el conocimiento, días después desperté en el hospital, el daño recibido en mi rostro lastimó mi ojo y por esa lesión perdí no solo a mi mujer. Ahora luzco ojos con diferente coloración. Me da pena que la gente vea la heterocromía y si antes no salía a la calle ahora menos lo hago, aparte este será el recuerdo que me acompañe el resto de mi vida recordando lo que me atreví hacer para triunfar, y que no lo conseguí.









Katty Montenegro

Perspectiva

Todo el embarazo me lo pasé con antojos de mermelada de albaricoque. El día llegó y di a luz a mi hermosa bebé, la llamé Alba. Su padre nunca quiso estar presente, por lo que me propuse cumplir ambos roles. Los meses pasaron y uno de sus ojitos no cambió de color. La llevé a control y me dijeron que tenía heterocromía total. Uno de sus ojos era de un marrón claro y el otro gris. Le hicieron pruebas y todas salieron buenas. Al principio me preocupe por su visión, y cuando se descartó, me preocupé por los problemas que pudiera traerle con la gente. Me propuse criarla para no hacer caso a comentarios.
Hoy voy camino a un evento social que hará, es influencer y el modo que tiene de ver su heterocromía ha ayudado a muchos a aumentar su autoestima y a amar los "defectos" que les afligen.









Y que les parecieron todos los relatos???

Alguno que les haya gustado más???

Pronto otra recopilación quincenal, pero antes se vendrá la mensual.

Gracias por leernos, Besitos!!!







No hay comentarios.:

Publicar un comentario