Semana 24
Desmembrar / Fuego
Asco
Veo con repulsión el cuerpo que tengo frente a mi.
Siempre he odiado la sangre y ver cómo corre como río me da repulsión.
Debo desmembrar el cuerpo, pero aún no me armo de valor suficiente así que prefiero avivar el fuego antes de hacer esa tarea sucia.
Las llamas han alcanzado suficiente altura y ya no puedo retrasar más esto.
Tomó el machete y doy el primer golpe, y salpicó sangre por todas partes incluyendo mi rostro. Cierro los ojos y le doy un golpe más... Los huesos de pollo son más frágiles de lo que imaginé y más pronto de lo que imaginé, ya estoy haciendo a la parrilla la cena que estoy preparando.
Te Odio
—¡Te odio! —Anthea grita mientras por su rostro corren lágrimas que no intenta ocultar— No tienes idea de cómo me arrepiento haber dejado todo por un... Por un...
—Vamos princesita, desahógate y no te guardes nada. ¿Patán? ¿Desgraciado? ¿Hijo de puta?
—Un hijo de puta que no tuvo compasión y me robó el corazón, el alma... La vida y ahora no tengo la menor idea que voy a hacer si no estás cerca de mi. Soy una estúpida, una...
—Una no, eres todas las razones que necesito para querer luchar y superarme día a día, para poder darte todo aquello que te mereces.
—Eso que dices, es lo más hermoso que alguien me ha dicho, pero...
—Pero eso no quita que me odies, eso ya me quedó claro.
—¿En verdad, piensas terminar todas mis...?
—¿Frases? —Ríe fuertemente—, eres tan...
—Tan hermosa y preciosa, que te...
—Me ama, respeta y no me volverá a insultar... —continúa riendo—, no espera que me he salido del guión y me he adelantado, —cierra los ojos Markus y respira lentamente—, eres tan hermosa, y preciosa, que te mereces mis respetos y te pido perdón, amor.
—Yo quería hacer bien las cosas, y tú, no me lo has facilitado.
—Lamento haber llegado tarde Anthe, pero si me dejas explicarte...
—Todo mi esfuerzo, no ha valido la pena.
—No digas eso tontita.
—Prender el horno fue horrible, el fuego se alzó tanto que me ha dejado sin pestañas y mi cabello...
—Te dije que era peligroso, que yo lo haría, pero...
—Llegaste tres horas tarde... —hace pucheros de que va a seguir llorando— y no tienes la menor idea lo horroroso que fue desmembrar ese maldito cerdo, en cada corte que daba salpicaba sangre por todas partes.
—¿Cortaste todo el cuerpo?
—No, eso fue lo peor, me rompí dos uñas y ni una mugre pata pude separar.
—Sabía que algo así sucedería, por eso, dado que venía tarde, me previene y traje refuerzos.
—¿En verdad crees que le voy a dar de cenar pizza a mis suegros, y más está noche que los conoceré por fin?
—Pues tú decides, ¿pizza o estética?
—No te entiendo.
—No hay forma que la carne de cerdo se pueda cocinar correctamente por el tiempo que nos queda, y no, no es pizza, por eso fui al restaurante, ese que tanto te gusta y encargué cuatro cenas, que dentro de una hora y media entregarán, y tenemos el tiempo suficiente para darnos un baño y que vayas al salón para que te pongan más chula de lo que estás.
—Pero sabrán que yo no he hecho la cena.
—¿Y eso qué importa? Yo no estoy contigo porque seas una buena cocinera o sirvienta que debe tener una casa o una mesa bien arreglada y servida, a mi lado está una mujer exitosa, amiga, amante, a la que amo con toda mi alma.
—No sé si sentirme halagada u ofendida con esas palabras.
—Mejor vamos a darnos un baño juntos, te llevo al salón y aprovecho para limpiar un poco la casa mientras te ponen más hermosa aún.
—¿Tan mal me veo?
—Digamos, que las pestañas y el cabello te crecerán pronto.
—Te odio.
—Y yo te amo princesa.
El tiempo corrió tan rápido, que Anthea y Markus siguen bajo el chorro de agua, cuando tocan el timbre.
—Sabía que no debíamos bañarnos juntos, Mark.
—¿Una apuesta?
—Yo digo que tus padres han llegado antes que la cena.
—Entonces me queda que es la ce...
—Markus, tus padres... Y yo en estás fachas.
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