Cuenta Cuentos # 19
Amor Prohibido
CyElyn
Hola mis amores, quizá si leyeron la entrada
pasada, por darle prioridad a otras cosas, gracias al Nanowrimo he estado un
poco alejada del blog y de las lecturas que ya casi termino un par que son unas
LC y espero la próxima semana ya tener más organizado mi tiempo y ponerme al
día con los reseñas y lecturas.
Hace unos días colgué un relato que ya tenía
escrito anteriormente, esta vez no se me hizo justo hacer lo mismo, así que
decidí olvidarme unas horas de Leevan, Kilian, Liam entre otros y escribir un pequeño
relato que vendría siendo parte de una locura que les he compartido
anteriormente y que les dije que eran parte de mis recuerdos amorosos, algo así
como De Todos los Hombres de los que me Enamoré, parte realidad y parte un poco
de ficción, aunque esta vez creo que mes descaré un poco más, ya que es más verídica
la anécdota, con cambio de nombres y algunas cositas, pero hay mucho realidad
aquí, peo bueno, tampoco el chiste es andar airando mis cosas, sino contar una
historia de amor… si quieren leerlos, son Miedos y Viernes.
Amor Prohibido
CyElyn
—Evolet… —me llama mientras camino de prisa
por la calle oscura— Evolet, ¡come on, amore!, no seas una niñata y regresa a…
—Jodete –digo lo más tranquila que puedo sin
detener mi paso— o menor dicho jodetela que es lo que quiere… quieres, así que
no sé…—me detengo para enfrentarlo y verlo a la cara— te lo dije en más de una
ocasión Jules, no tengo absolutamente ningún problema con saber que te coges a
la mitad de la universidad, pero creí que…
—No es lo que parece Evolet, nena… yo… —Jules
me toma de la mano y me acerca peligrosamente a él, por un momento siento
temblar mis piernas y palpitar rápidamente mi corazón al roce con su cuerpo,
pero un segundo después reacciono y disimuladamente trato de aparentar que él
no me altera— no eres como ella…
—Por supuesto que no —contesto un poco
indignada— es por eso que me fui de tu apartamento, porque si ella está
dispuesta a…
—Te repito, —acerca peligrosamente sus labios
a los míos— las cosas no son lo que parecen, ella llegó sin que yo…
—Jules… —le digo lo más seria que puedo— o
debería decirte profesor Cantú… —hago una mueca— tú alumna ha de estar desesperada para que se la met…
—me suelto de su agarre— mierda Jules…. puta madre —digo desesperada—, ¿tienes
una puta idea del proble… de los problemas que esto nos puede traer? Si se
enteran… tú puedes perder tu licencia de enseñanza y yo seré expulsada… o si
bien me va estaré en boca de toda la facultad diciendo que ahora
comprenden porque es que este año
acredité con buenas notas tus exámenes cuando todo mundo sale fatal.
—Será porque es la segunda vez que los
presentas…
—Cabrón y todavía presumes que porque te dio
la gana te diste el lujo de reprobarme el otoño pasado algo que no tenía
justificante y tuve que esperarme medio año a que se abriera esta primavera de
nuevo el curso.
—Algo tenía que hacer para poder verte un poco
más.
—¿Y por tu capricho hiciste que me atrasara en
todo?, perdi materias y quizá me tenga que quedar un año más que mis compañeros
para…
—Tiempo que aprovecharemos para conocernos más
y…
Sonrío ante sus palabras que en realidad me
halagan.
—Jules, no me…
—Te lo advierto Evolet, si repites una vez más
la palabra joder en cualquiera de sus variaciones es que no me podré aguantar y
tendremos como escenario… una cama de unas hermosas flores primaverales o un
áspero tronco o pared que te empotraré aquí mismo que me lo has puesto duro y…
—Vaya, vaya —digo tratando de contener la
risa— ¿ahora hasta poeta me saliste? Vaya mierda contigo, corre a tu
apartamento que alguien te está esperando y querrá que le hagas todas esas
guarradas.
—Pues poeta aún no lo sé, lo que si es que
estoy tan… que no podré soportar mucho tiempo antes de…
—Pues tienes a la zorra de Marie en tu casa
esperándote… quizá este en tu cama comenzando sin ti.
—Pero a la que yo quiero en mi cama es a ti,
Evolet.
—Te conozco y no eres capaz de sacarla y
dejarla con las ganas. ¿Crees que no conozco perfectamente tu reputación? Se me
hace una falta de respeto que la dejaras sola y ganosa para venir detrás de mí.
Creí que tenías más clase, profesor…
—Ahora no soy tu profesor —dice muy seguro— no
sé cómo es que se enteró donde vivía y ni qué demonios estaba pensando
presentarse de esa manera ante mi… jamás le di alas para que…
—Pues hasta donde recuerdo, la vez que
hablábamos en clase de pornografía y erotismo, para determinar la frágil línea de
arte y vulgaridad… —me altero aún más al recordar aquella tarde— ambos entraron
en una conversación un poquito rara de los sabores, olores del sexo… que
incluso ella te dijo «Jules me estoy excitando, que estoy empapada ya» —hago
una voz chillona arremedándola— ¿recuerdas la cara de pena, asco o asombro que
puso toda la clase? Me dio asco estar ahí, mientras lo otra se te ofrecía tú me
mirabas con esos malditos ojos imaginando no sé qué.
—En realidad solo recuerdo tu rostro.
—¿El mío? No me haga reír profesor, pude…
pudimos ver los treinta alumnos como tu paquete aumentaba de tamaño y que tu
trataste de ocultar tomando asiento detrás del escritorio.
—Y en cambio tú pasabas tu mirada entre ella y
yo, se notaba que querías matarla por lo menos… estabas un poco celosa.
—¿Celosa, yo? ¿Si tú, y tu nieve de limón de
que la quieres?
—Pusiste la misma expresión que hace un rato vi
cuando entraste tan solo un minuto después que ella al departamento y nos viste
hablando, ni siquiera la dejé que entrara, y cuando te diste cuenta de la ropa
que traía puesta y como se me insinuaba, vi en tu mirada que querías lanzarte
sobre ella, pero al final solo te diste la vuelta y saliste corriendo.
—Sueña todo lo que quieras, ni que fueras tan
importante para mí. Y ella es un cero
ala izquierda a la que no le doy ninguna importancia.
—¿Ahora vas
a decir que miento? —Comienza a reír— la que miente aquí Evolet eres tú.
—Sueña muy alto, profesor Cantú. Para mí solo
ha sido sexo lo que tenemos.
—Entonces, ¿Por qué has corrido cuando la
viste?, por celos Evolet, y no mientas.
—¿Celos? —ahora la que ríe soy yo.
—Dime que en este momento no deseas que te
arranque la tanguita que debes traer y te haga gritar de tal manera mientras lo
hacemos… —se muerde los labios— y después de un breve descanso te traté como
una princesa… como mi princesa que le gusta ser amada lentamente, sin prisas ni
cosas extravagantes, te gusta que te haga el amor.
—¿En verdad crees que quiero todo eso?
—Siendo sincero, lo primero lo deseo yo… me
pone cachando hacértelo aquí, donde alguien nos pueda ver y escuchar mientras
se pajea.
—Eres un guarro Jules.
—Y tú una romántica, Evolet.
—Evolet… en verdad es que no entiendo cuál es
el problema si según tú me cojo a la mitad de la universidad, una más o una
menos, ¿cuál es la diferencia? Además yo no sabía que irías hoy.
—Mierda Jules… discúlpame por arruinarte tu
noche, quería sorprenderte, hacer la cena, ver una peli y terminar haciendo el
amor toda la noche. No tenía otro plan y como tú me dijiste que revisarías los
trabajos no creí que te importaría que yo —suspiro— en verdad crees que Marie
se va a quedar callada, la dejaste botada fuera de tu casa, y saliste detrás de
mí… el lunes seré la comidilla de toda la facultad.
—Ella en realidad no te vio y no sabe nada de
ti. No le di oportunidad ni siquiera de pensar… quizá en estos momentos se siga
preguntando de porque salí corriendo ante esa oportunidad, créeme yo no soy al
primero que se le presenta de esa manera.
—Ahora me vas a decir que ella…
—No me importa lo que quiera o desea. Cuando
te vi que salías corriendo como niña pequeña, sin pensarlo cerré la puerta y le
dije señorita Cáceres la veo el lunes en clase y bajé corriendo las escaleras
pensando que si tenía suerte aun no saldrías del elevador.
—¿No me vio?
—No… salí corriendo detrás ti, dejándola ahí —me
abraza y busca mis labios— no le di oportunidad de nada, lo único que quería
era alcanzarte, venir detrás de ti para no perderte, te conozco lo suficiente sé que eres capaz de no regresar nunca más a
clase aunque eso signifique que tendrías que ir a extraordinario para acreditar
la materia, si no lograba hablar contigo, podía ser mi última oportunidad.
—¿Y si no me hubieras alcanzado?
—Puff… —sonríe— pues creo que buscaría por
todos los medios que la coordinación dejara en mis manos que yo fuera el
sinodal del examen para poder hablar contigo… —comienzo a reír a carajadas y
sin dudarlo lo beso mientras él me abraza cada vez más fuerte—. Además chica, que me lo has puesto difícil,
¿acaso te estás entrenando para la maratón?
—Cállate tarado.
—Cada vez te alejabas más…
—Será que la edad te está alcanzando Jules.
—No soy tan mayor nena.
—¿Y ahora qué?
—Un Otoño me robaste el corazón, pero hasta la
primavera me diste esa oportunidad que tanto soñé, —se rasca la barbilla— y
carajo, vieras todas las cosas que soñé contigo, todas las posiciones, juegos
que te hacía que, que tuve insomnio por meses.
—Sí, claro y para liberar la presión es que tú…
—Desde que entraste por primera vez a mi
clase, no ha habido nadie más en mi cama que tú Evolet.
—No te creo, ¿ahora que va a pasar entre
nosotros?
—¿Por qué no dejar que el otoño decida
nuestras vidas nuevamente?
—Ni de coña, no te atreverías a… —le digo
seriamente— ese chistosito tuyo me ha costado seis meses más en la facultad… y
por capricho ¿quieres que me atrase más? Además ahora que lo recuerdo, no
podemos cursar tres veces la misma materia iría directamente a examen.
—No fue capricho —me dice muy serio— era
buscar mi oportunidad…
—¿Oportunidad?
—Sé que
cuando te titules te perderé para siempre.
—¿Cómo es que estas tan seguro de eso?
—Porque sé que te mereces a alguien mejor y
que yo, solo soy uno más en tu vida… un
profe más al que te tiraste varias veces, uno que sin dudarlo te regaló los
mejores orgasmos que has tenido en tu vida y será como me recordarás.
—¿Y el modesto no ha venido?
Sonríe mientras me besa.
—Entonces… ¿un otoño más en clases? Aun estás
a tiempo de dar de baja la materia y…
—Ni de broma, que no me quiero quedar más
tiempo del necesario en la uni, pero haciendo cuentas, —comienzo a enumerar con
los dedos— aún me queda un otoño, un invierno y una primavera y quizá un otoño
más para terminar todas las materias… pero contigo como alumna nunca más… —comienzo
a desabrochar unos botones de su camisa— y aunque seas profesor… literalmente
si no estoy en tu lista de clase ya no seré tu alumna no estaríamos haciendo
nada fuera… —introduzco mi mano debajo de la cintura de sus pantalones mientras
le doy un pequeño beso en el cuello— somos dos personas adultas que sabemos que
estamos haciendo…
—¿Eso quiere decir qué?
—Que no tendríamos que ocultarnos más… una vez
que termine este trimestre, nunca más me darás clases, tendríamos que ser
prudentes, pero…
—¿Flores, pasto o prefieres el árbol para…?
—¿En verdad me piensas limitar a solo una
cosa? —Me muerdo el labio— yo que tenía
pensado aprovechar todas las posibilidades que hay aquí.
—¿Aquí en la calle?
—¿Qué tiene de malo? Si la primavera nos da
varias opciones con tan hermosos escenarios… además ¿qué no se supone que el
que no se podría aguantar si volvía a decir una vez más la palabra de joder
eras tú? Para eso me gustabas, cobarde.
Veo correr mil colores por su rostro y no
puedo evitar reírme.
—¿Estás hablando en serio?
—La verdad es que no —lo tomo de la mano y comienzo
a camina llevándolo conmigo— dime que sí traes la cartera encima.
—No, pero podemos regresar a mi departamento y…
—¿Y si Marie sigue ahí?
—No lo creo.
—¿Qué va a pasar con ella el martes en clase?
—Probablemente la que se dé baja sea ella y no
tenga que volver a verla.
—Lo que significaría que ella la tendrías de
nuevo en otoño.
—¿Acaso crees que con la humillación que acaba
de tener querrá volverse a encontrar conmigo algún día?
Se detiene y revisa sus bolsillos.
—Me vas a matar, —dice en un tono demasiado
serio— he salido sin la cartera.
—Ups, lastima Margarito —le dijo entre risas—
tu a tu depa y yo a mi casa.
—De eso nada señorita, ahora usted me cumple
esta noche si quiere obtener una buena nota este trimestre en mi materia.
Gracias por leerme y ya me contarán.
Nos vemos en unos días espero con reseña, o
por lo menos con otro relato.
Por fin tengo tiempo para venir de cotilla xDD Eve picarona jaja ah que con ese profe Cantú, me alegro que sigas con los relatos. Este si me ha parecido más audaz, un abrazo!
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