Yo Escribo
Julio
Hello, hello!!!
Y bueno, esta vez me salió un poco más largo... solo me he pasado por casi 1000 palabras (jajaja)
Pues aquí tienen mi relato del mes de Julio, usando la palabra y el tema de vacaciones.
El Secreto
Evelyn Cuellar
Yen, Ann y Deb, las mosqueteras como se llamaban a sí mismas, desde hace tiempo soñaban con esas tan anheladas vacaciones, ya que año tras año las han ido posponiendo. En un principio sería un viaje de cuatro, pero una de ellas sin decirles nada, una mañana les avisó que estaba al otro del océano, ya que la muy condenada se fue sola, pero ahora que han podido reunir lo suficiente para los tickets y poderse mover por algunos días, han decidido que es el momento para caerle de sorpresa a su amiga Eylin, esa ingrata que se fue sin tomarlas en cuenta ni contarles su planes de irse a Europa, de eso hace ya tres años.
Si fuera otra de ellas, sí estarían preocupadas al no tener casi noticias, pero dado de quien era la perdida, se conformaban con solo algún escueto Whats para saber que estaba bien y este normalmente era alguna foto con su último ligue, de esta forma sabían que ella se encontraba más que bien. Tal pareciera que ella no tenía plan alguno de regresar pronto, por lo que aplicarían de su Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma.
Desde hace casi tres años, los ahorros y restricciones ahora si han sido en serio y cada centavo sumaba. La idea original de este viaje era conseguir algún chico y pasarla bien, lejos de casa y de las habladurías. Uno donde harían cosas que normalmente no se atreverían a hacer por su casa o donde las conocieran. En parte admiraban o más bien se sorprendían de la actitud de su amiga que se daba la satisfacción de cambiar de modelo como si fueran sus calzones, es por eso que habían decidido tener esta aventura y poder descubrir su secreto, ese que nunca les ha querido revelar.
En estos momentos lo que más les preocupaba, es que iban a tientas a su destino, debido a que solo tenían una ligera noción de por dónde se podía encontrar y sería casi como buscar una aguja en el pajar, pero estaban decididas a encontrarla y a su harem también.
Agotadas después de varias horas de vuelo, llegaron a Italia, buscaron una pensión y mañana ya descansadas comenzarían su búsqueda.
Tomando como referencia la última fotografía, el punto de partida era Florencia, fueron recorriendo algunas otras ciudades y era como si la tierra se la hubiera tragado, simplemente no la encontraban y la muy ingrata, tenía días que no les escribía ningún mensaje. El dinero que llevaban se estaba reduciendo a pasos agigantados y de continuar a este ritmo, tendrían que regresar a casa sin haber gozado realmente de estos destinos.
Cuando toda esperanza de localizarla la estaban perdiendo y aprovechando que se encontraban en Roma, había un lugar que tenían que ir. La Fontana di Trevi era mucho más espectacular que en las fotografías que habían visto, y como si fuera una aparición, ahí estaba, rodeada de un gran grupo de personas.
—Si será canija —dijo una de ellas al verla.
Ven como se acerca a uno de los chicos, lo toma de la mano y comienza a perderse entre toda la multitud. Ellas corren un poco para alcanzarla y no perderla de vista.
Las tres chicas, tenían la sospecha que la agarrarían en infraganti. Y estaban en lo cierto.
La muy descarada y en pleno día, estaba de rodillas frente a él.
—¡Eylin! —gritaron las tres chicas al unísono, entre asustadas y sorprendidas, no podían creer que fuera tan despreocupada y deshinibida.
—¿Qué les pasa? —Fue lo primero que les dijo e inmediatamente soltó una carcajada al ver la escena que se estaban imaginando, se puso de pie y corrió hacia ellas— pero, ¿Qué demonios...? —Abre los brazos para abrazarlas—, ¿Cómo…? ¿Cuándo...?
De manera rápida y debido a que no dejaban de dar miradas indiscretas al chico que estaba unos metros de ellas, le respondieron sus preguntas.
Cuando terminaron de hablar y que la cuestionaron por lo que está haciendo en ese momento, y también aprovecharon para hacerle algunos reproches, la aludida soltó una carcajada.
—Ok, soy tan... pero no tan... —no encontraba las palabras correctas— bueno si lo soy, pero…
—Ya suelta la sopa —una de las chicas desesperada casi grita.
—¿No han escuchado que es de buena suerte cuando te encuentras un centavo en la calle? Eso es lo que vieron, me agaché para recogerlo.
— ¡Ay, ajá! —Las tres vuelven a decir al mismo tiempo.
—Íbamos a su hotel ok, pero nos detuvimos— les enseña la lengua— ¿Esa respuesta las deja más satisfechas? Y si me lo permiten —ve su reloj— las veo frente a la fuente en 45 minutos —y sin esperar respuesta corre donde se encuentra el chico que debe ser mínimo diez años menor que ella, lo agarra de la mano y salen corriendo de ahí, lejos de de ellas.
En realidad fue casi hora y media lo que tuvieron que esperar, pero la vieron con una gran sonrisa en los labios que decidieron guardar silencio. Observaron cómo se desenvuelve ante las personas hablando a la perfección el inglés y español dándoles algunos datos del lugar y disculpándose por la demora. Tuvieron que esperar un rato más, antes de que interrumpiera para otro descanso.
Mientras todos sacaban fotografías y pedían deseos, se acercó a ellas.
—Ya vieron el menú, ¿qué se les antoja comer?
—¿Lo dices en serio? —Ann dice el tiempo que se pone roja como un tomate.
—Estas loca si crees que... —Yen dice con los ojos tan abiertos como si fueran platos— yo no…
Pero Deb se muerde el labio y solo con la mirada y una gran sonrisa en su rostro señala a un chico que está cerca de ellas.
—Seré como su hada madrina —suelta una carcajada— ¿ya decidieron ustedes dos? —ambas chicas señalan en diferentes direcciones— si en la noche sus piernas les responden, las veo en el bar para que me inviten una copa.
Fue lo último en decir antes de caminar al chico más cercano y después señalar a una de ellas, repitiendo la misma acción dos veces más.
Esa tarde, después de que comieron en la plaza, cada una se fue por un rumbo diferente, aún no podían creer que estuvieran a punto de hacer tal cosa, pero ya era tarde para arrepentirse, el viaje desde hace años tenía ese propósito.
Y como acordaron, en la noche se vieron en el bar, solo una una de ellas faltó a la cita.
Al día siguiente, en el almuerzo, las mosqueteras todas avergonzadas, unas más que otras, enseñaban sus fotografías y platicaba los pormenores de lo que parecía ser el inicio de unas vacaciones de ensueño.
No sé sentían capaces de abandonar todo para llevar una vida así, Eylin era diferente a ellas, además el dinero en unos días sería ya un problema, pero parecía que eso ahora también ya estaba solucionado y por lo menos tenían por delante casi un mes para cambiar de idea, que era el tiempo que tenían antes que tuvieran que regresar a su realidad.
Fue una noche de copas entre amigas, una llena de risas y ya pensando en el nuevo grupo que en unos días les darían más opciones. Ya morían por ver ese menú y decidir por cuál plato se decidirán.
Además, así como dicen de Las Vegas… lo que suceda en Italia, Europa o en cualquier otra parte del mundo, se queda allá, quizá los remordimientos lleguen después, ahora no es el momento.
Las tres chicas habían decidido que lo mejor por ahora, era aprovechar que descubrieron parte del secreto, aún deben sonsacarle más información, pero hoy eso les era suficiente.
Por cierto, este relato fue inspirado por tres de mis amigas... o más bien, pensando en ellas y algunas locuras que estamos haciendo en el face.
Que les ha parecido???
Gracias por leerme y nos vemos en un mes!!!
Besitos!!!
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