Yo Escribo 52 Historias
Semana 39
Desván / Verdad
Noticia Inesperada
Después de que mi abuela falleciera, hace unos meses, regresar a su casa fue muy diferente, el aire que se respiraba era otro, era doloroso sentirla en cada rincón y no poder verla es doloroso. La casa todo este tiempo ha estado deshabitada y ahora que mis padres se están divorciando, pues resulta que mi madre quiere que nos vengamos a vivir aquí, por lo que antes de hacerlo, hay que limpiar un poco y guardar algunas cosas y de otras deshacernos de ellas. Yo estoy intentando que guardemos la mayoría de sus pertenencias, aún no estoy preparada para cortar este lazo ya que para mí sería como olvidarla a ella, quizá en unos meses sea otra la historia, así que logré convencerla que guardáramos en el desván muchas de sus cosas.
Y pues mientras estaba limpiando el lugar, encontré una caja de madera llena de cartas viejas y yo olvidando mi tarea, comencé a leerlas, algo que no debía hacer pero la curiosidad me ganó y ahí me enteré y de una verdad que no me esperaba. Mientras iba leyendo cada una, ruidos extraños escuchaba, cosas se movían y juro que sentí que alguien me observaba desde las sombras, esto me ponía muy nerviosa, sin embargo la curiosidad que sentía era mayor y no detuve mis lecturas.
Esas cartas eran entre mi madre y mi abuela, resulta que en la época que nací, mi madre vivía en otro país y un día que mi padre estaba fuera algunos días por trabajo sucedió una tragedia, yo fallecí.
En realidad no fui yo, fue su hija y ella temerosa a lo que pudiera ocurrir cuando su marido regresará a casa, enterró su cuerpo en el jardín y salió a la calle toda desesperada buscando una sustituta, así que sin ningún remordimiento me arrebató de los brazos de mi madre y me hizo pasar como suya, todo esto fue con el consejo de la que creía que era mi abuela, los dos al ver que funcionó su plan, al poco tiempo regresaron al país con el pretexto de su salud.
No podía creer lo que estaba leyendo, ellas me robaron, me alejaron de mi país y de mis padres... Yo no era su hija, yo... Quería gritar, lloraba de enojo, quería bajar a reclamarle, pero algo me hizo detenerme, quedaba una sola carta y decidí leerla antes de actuar.
Conforme la fui leyendo, mis pulsaciones iban en aumento.
Mi madre resulta que antes de tenerme quería ser escritora y su primer proyecto era a base de cartas, en realidad, nunca hemos vivido en otro país, no hubo cuerpo enterrado en el jardín, nunca robaron una bebé... Todo lo que leí fue solo un borrador, que mi abuela guardó cuando mi mamá los tiró a la basura, ya que su familia, o sea yo, era primero que su sueño.
Ah y se me estaba olvidando, esos ruidos y miradas que sentía, es que por una ventana rota, un mapache y su familia habían hecho su hogar en el desván en la casa de mi abuela, y estos animalitos eran los que me observaban y hacían ruido.
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