sábado, 18 de septiembre de 2021

(Recopilación) #YoEscriboAgostoBFD - Zombie / Libro / Colibrí / Sangre by Varios Autores

  

#YoEscriboAgostoBFD


Zombie / Libro / Colibrí / Sangre




María Elena Rangel, Neus Sintes, Freya Asgard, Salvador Alba, Moisés González Muñoz, Yunnuen Gónzalez, Eelynn Cuellar
Hola, hola!!!


Un mes ha llegado, y los relatos de todos los autores talentosos que están en este barco conmigo también... el orden de los relatos es como los fueron compartiendo y lógicamente los 5 míos están hasta el final.

Las palabras Zombie, Libro, Colibrí y Sangre todo parece indicar que seré medio sanguinario este mes, será???











María Elena Rangel

Zombie / Libro / Colibrí / Sangre
No Puedes Escapar de tu Destino


En fin, como recordaremos, nuestra pobre Evelyn se encontraba en cuidados intensivos entre la vida y la muerte, a consecuencia del accidente que sufrió cuando vio en la carretera a Katty y a María Elena, quienes habían desaparecido un año antes en aquel pantano; luego ella las atropelló para asegurarse de que esta vez, según ella, murieran de verdad. Las chicas se le aparecieron delante de su auto totalmente cubiertas de sangre, y con la mirada perdida como si fueran zombies, por ello perdió el control e impactó de lleno contra un árbol. Los médicos no apostaban por su total recuperación, a pesar de todos los libros que se tragaron al estudiar no podían hacer nada más por ella, solo esperar cual sería el desenlace.

El tiempo pasaba, cada vez era más lejana la esperanza de que Evelyn saliera de ese estado en el que se encontraba. En su inconsciencia ella veía todos los días a Katty y María, convertidas en un un par de colibríes, que le decían: Aquí te esperamos Eve, vendremos todos los días hasta que te vayas con nosotras. No puedes escapar de tu destino.









Neus Sintes

Zombie / Libro / Colibrí / Sangre
El Encuentro Con El Colibrí


Manuel era un apasionado por la naturaleza. Todo su vida había crecido con la compañía de las aves y de ellas aprendió a amarlas y a entenderlas. Ahora, ya entrado en años, se encontraba paseando por el bosque, cuando vio por primera vez al ave jamás vista; el colibrí. Sabía que se trataba de un colibrí por todo lo que había leído acerca de esta particular ave.
Únicamente las alas de muchos colibríes producen un sonido particular durante el vuelo, que parece un zumbido o silbido. Esto se debe al paso del aire a través de las ranuras de las aves. Sin olvidar mencionar la hermosura de sus plumaje, tan llamativo y espectacular. Desde el azul eléctrico, amarillo limón, verdes metálicos y esmeralda.

Siguió avanzando y de reojo pudo ver como el ave le seguía. Una presencia pudo percibir Manuel durante todo el camino. De regreso a su casa, no dejaba de pensar en la alegría de haber podido ver a un colibrí, aunque desde entonces algo en su alma se había apoderado de él.

Al día siguiente, apareció en el borde de su balcón el mismo colibrí que el día anterior. Sabía que era el mismo. Pudo observar que se encontraba herido. Unas pequeñas gotas de sangre dejó al descubierto en la patita delantera. Se encontraba herido. Manuel, lo cogió con delicadeza, con ambas manos. Durante unos días permaneció a su lado, hasta que pudiera llegar, de nuevo, a volar.

Durante su estancia, Manuel y el colibrí entablaron una bonita amistad. Aunque Manuel sabia que un día de éstos tendría que partir y alzar, de nuevo, el vuelo. Siempre perduraría la amistad entre ellos.

Manuel para entender mejor a su amigo, cogió un libro de la estantería, aquella donde reposaban todos sus libros acerca de las aves. Investigó acerca del colibrí. Averiguó que se le llamaba mensajeros del alma.

Manuel entendió que no fue una casualidad encontrarlo. Por algún motivo que luego leyó a continuación, en una de las siguientes páginas, entendió que el colibrí le estaba transmitiendo un mensaje. El mensaje provenía de su mujer fallecida. Desde el día en que partió al más allá, había dejado un gran vacío en el hogar y en su corazón.

En estos momentos, daba gracias al colibrí por haber aparecido en su vida. Una vez recuperado de su pata, alzó el vuelo, miró a Manuel, dando las gracias y emprendió su viaje. Manuel le siguió con la mirada, hasta perderse en el infinito. Dejando a Manuel una huella imborrable, seguida de una paz interior, que hacía mucho tiempo no había vuelto a sentir.

Desde ese día durmió en paz, en su interior sabía que su mujer le había transmitido un mensaje. Había dejado de soñar con zombies, por las noches, dando gracias al colibrí, por haber aparecido en su vida. ¿Quién sabe? – Tal vez volviera a reaparecer algún día, de nuevo. Nunca olvidaría a esa pequeña ave, que cambió su vida para mejor. Mensajero de las almas, aquí esperaré tu llegada.









Freya Asgard

Zombie / Libro / Colibrí / Sangre


Los amigos, luego de mirarse, decidieron, sin palabras, no obedecer a esa mujer, estaban seguros de que llegaría Karkamash a ayudarlos. Y si no, no iban a entregar su lealtad a esa mujer, sobre todo si no sabían de qué se trataba o a quién servía.
―¿No quieren salir de ahí y salvar su vida? ―preguntó la mujer.
―No.
El auto empezó a hundirse más aprisa. Los jóvenes comenzaron a desesperarse, pero no caerían ante esa bruja.
De pronto, un colibrí pasó por su lado y comenzó a rodear el automóvil, desesperado por querer entrar, al menos así lo entendieron ellos.
La bruja se contorsionó y quedó como un zombi, un ser carente de vida.
El colibrí se convirtió en Siara y se paró frente al vehículo.
―¡Karkamash! Apresúrate, por favor ―gritó la joven.
―Tranquila, no les pasará nada.
Karkamash hizo aparecer a los jóvenes fuera del pantano, justo antes de que el coche se hundiera en medio de un pantano de sangre, en el que la bruja, con un gran alarido, fue atrapada también.
―¿Quién era esa mujer? ―preguntó Karim.
―No importa ahora. Deben volver a su casa.
―¿Y mi auto? ―preguntó Raúl.
―Está en tu casa, jamás saliste con él. ―Sonrió algo burlesco el gigante.
El joven meneó la cabeza, incrédulo.
―Tomen. ―Les extendió un libro―. Si quieren saber más de los otros mundos que habitan este universo y que ustedes no son capaces de ver, léanlo, les aclarará muchas cosas. Ahora vuelvan.
De la nada, aparecieron fuera de la casa de Raúl. De común acuerdo, entraron a la casa para saber de qué se trataba todo aquello.

***este relato es en continuación de los anteriores***









Salvador Alba

Zombie / Libro / Colibrí / Sangre
Mucha Sangre


Veintisiete ZOMBIS son los que acabo de decapitar, ni uno más ni uno menos. Y lo sé porque los he contado. Por mucho que me empeño no logro batir mi marca de treinta y dos. ¿Aparecería en el LIBRO Guinnes de los récords? No, no lo creo, además, no estamos los humanos para semejantes gilipolleces en estos… En Tiempos de Muerte. Bueno, supongo que es una buena marca, tendré que afilar de nuevo mi espada y seguir entrenando hasta moverla tan rápido como un COLIBRÍ mueve sus alas…

 ¡¡¡Auch!!! Vaya mierda, si es que no se pueden hacer dos cosas a la vez, ¿quién me manda a mí cortar zanahorias y hablar al mismo tiempo? Bueno, voy a curarme la herida, que con tanta SANGRE van a venir todos los zombis de la zona…. ¡cóño! Qué buena idea, así podré batir mi marca. Pues nada, dejo para luego la cocina y a afilar la espada que toca batir el récord.









Moisés González Muñoz

Zombi / Libro / Colibrí / Sangre 
Fantasmas

El libro adquirido en un Bazar de El Cairo llevaba varios años rumiando su abandono en la estantería. Siempre el último. Cerrando la fila como si se sintiera rechazado o fuera de lugar.
En algunas ocasiones aparecía recostado levemente contra sus compañeros y en otras, tumbado, tal vez fruto de la casualidad, de una mano oculta o descarrilado por una fuerza imaginaria.
Su portada me atraía y me infundía respeto a la vez, pues nada más rozarla con los dedos, un hormigueo extraño y una sensación de pánico me obligaban a deshacer el contacto.
Aquella noche de verano, desvelado por la tormenta que hacia temblar los cimientos de la casa del pueblo, un impulso descontrolado me condujo de nuevo a la estancia donde dormitaban los inquilinos de mi biblioteca.
Extraje el volumen con decisión y al contacto de la cubierta con mis manos sentí un escalofrío. Poco después, nada más abrirlo por la primera página, un temblor recorrió mi espalda y una gota de sudor frío emborronó las letras. De pronto, como por arte de magia, el colibrí de la portada cobró vida, comenzó a agitar las alas y abandonó su cautiverio volando en dirección al haz de luz que penetraba por la ventana del salón.
Tras chocar contra el cristal, varias plumas del avecilla bailaron en el aire, para emprender luego un descenso pausado que las hacia mecerse como si dibujaran el baile del silencio. 
De inmediato, una gota de sangre se deslizó por el cristal hasta detenerse en alféizar de la ventana.
Cuando el cuerpecito inerte del ave aterrizó en el suelo, la sombra de un zombi se reflejó en el cristal del salón, luego cobró vida y acto seguido desapareció como se esfuma una nube de humo arrastrada por el viento. 
De pronto, el gato saltó de la butaca y abandonó la estancia maullando despavorido. 
Fue entonces cuando el libro comenzó a descomponerse.
Entonces un golpe de viento abrió la ventana, giró sobre si mismo, absorbió las páginas sueltas y las envío al exterior.
Desde aquel día, mis libros viejos se niegan a ocupar aquel lugar.









Yunnuen González

Zombi / Libro / Colibrí / Sangre
El Milagro

Nadie creyó la advertencia de los científicos respecto a que un nuevo virus llegaría a la humanidad en cualquier momento. Nunca creyeron que un ser microscópico había aguardado dormido por eones; esperando paciente al huésped perfecto que le daría vida para reclamar la tierra.
Cuando los noticiaros dieron la noticia del primer caso, nunca acabaron las bromas en las redes respecto a los zombis, incluso las televisoras aprovecharon el momento para hacer dinero con las películas relacionadas al tema. Y el único libro cercano a lo que está viviendo la humanidad, antes era la broma del día… Ahora es el manual de supervivencia.
El virus viajó de persona a persona, como un colibrí buscando la flor perfecta para alimentarse. Pronto vimos las fronteras cerrarse tardíamente y, con cada vida perdida humana, nació el desespero y la demanda de una cura. Los científicos fueron obligados a crear una que funcionó; sin embargo, no muchos lograron obtenerla. No muchos cuerpos la aceptaron bien.
Mi familia fue parte de la lista trágica, cuyos cuerpos rechazaron la cura. Los perdí en cuestión de días.
Dada la situación en la que vivo, su muerte temprana fue una bendición porque no me hubiera gustado verlos deambulando sin saber qué desea el virus que tiene el mando de su salvajismo.
Cuerpos putrefactos que ya ni siquiera resemblaban al ser que fue feliz alguna vez.
Logré escapar, pero a un gran precio.
Han pasado cinco años de eso. Largos años que he sobrevivido huyendo en cuanto me siento cómoda en un lugar.
Debería cuidarme de los «zombis», pero en realidad es de la humanidad misma de quien me escondo.
Soy el paciente «milagroso». Humano contagiado que me ha mordido, se ha curado por solo unos segundos para morir en paz. Lo único que importa para ellos ya.
El rumor de mi existencia llegó a los poco científicos que quedaron. En esos días de caos, lograron atraparme y experimentaron conmigo como si fuese una rata de laboratorio. Experimenté el dolor, la soledad y el desprecio de aquellos que pregonaban que querían ayudar a la humanidad, cuando en realidad solo querían salvarse a sí mismos. 
Pero la maldad no siempre aniquila a la bondad, y uno de ellos se compadeció de mí y me sacó de ese recinto.
Durante la huida, la compasión se convirtió en amor y formamos una familia inmune al virus. Nadie sabe de ellos.
Aun me persiguen; por eso tomé la decisión más difícil de mi vida: abandonarlos para salvarlos. Pero empiezo a preguntarme hasta cuando podré hacerlo, porque ahora cada vez que soy mordida y veo la sangre escurriendo de en mi cuerpo, los recuerdos empiezan a ser vagos: Las caricias de mi esposo, el rostro inocente de mi hijo, la risa de amigas que siempre fueron leales a mí. Poco a poco empiezo a perder el control de mi humanidad.
El salvajismo de este virus desea al fin encerrar mi conciencia hasta matarla esta vez.
¿Cuándo será el día en que pierda todo al fin?









Eelynn Cuellar

Zombie / Libro / Colibrí / Sangre
El Hombre Ideal


Sangre de mi periodo, un colibrí disecado, una manzana, un vaso de agua de mar, una vela roja, todos estos eran la representación de un elemento. Creo que lo más difícil fue conseguir el barro moldeable ya que no hay tiendas de manualidades en mi poblado, pero lo solucione tomando lodo del corral de los puercos, eso es todo lo que necesitaba... Y bueno una prenda que me gustaría que usara él. Nada complicado en realidad para conseguir, así que cuando aquella bruja que me estaba pidiendo casi las perlas de la virgen como pago, le di las gracias y decidí hacerlo yo misma. En realidad mrs Google  me dio el paso a paso de como realizarlo, ya que intenté conseguir el libro, pero parece que estaba agotado en todas las librerías, así que me tuve que conformar con imprimir la información.

Tenía que esperar a que hubiera luna llena, ya que sería más efectivo, por fortuna no tuve que esperar mucho a que sucediera. Aparte parecía que el universo parecía estar de mi lado y esa noche mis padres saldrían a una fiesta, algo que nunca sucede con mucha regularidad, así que podría estar en el jardín a altas horas de la noche sin tenerme que ocultar de ellos, por suerte mis vecinos más cercanos, estaban muy lejos, tanto así que no me verían desnuda ni lo que estaba a punto de hacer.

Preparé todo para el ritual y aunque no me quedó perfecta mi estatua, sí me aseguré que estuviera bien dotado donde más me interesaba.

Ante mis ojos apareció una versión joven de Brad Pitt, era perfecto... Y demasiado fácil. Lo llevé a mi habitación dispuesta a arrancarle la ropa, pero en cuanto vio el televisor encendido se sentó frente a él y me dijo que moría de hambre, que le preparara algo, decidí complacerlo para que él lo hiciera después conmigo.

Pero no contaba con que encontraría el canal deportivo y como vil zombie lleva horas en la misma posición, dónde no levanta su trasero de la cama ni me voltea a ver y me ve solo como su proveedora de alimentos… ¡Vaya hombre perfecto que conseguí!









Zombie
Un Mundo Diferente


Cuando veía alguna película o leía un libro sobre el apocalipsis, pensando en la posibilidad de que sucediera en algún momento me imaginaba que sería por zombies, y ahora veo que estaba muy equivocado. Sí llámenme loco si quieren, pero ya me veía armado hasta los dientes para hacer volar los sesos de esos seres hambrientos por carne fresca...

Mierda, ¡qué gran decepción!

La tecnología al alcance de la mano en una tablet, teléfono o computadora es quien ha arruinado la humanidad y muchos, sí incluyéndome actuamos como autómatas, mecánicamente y en muchas ocasiones haciendo las cosas sin prestar atención en ellas.

Ni las reuniones con los amigos ni con la familia son normales, esas estúpidas pantallas nos han lavado el cerebro.

Si hubiéramos levantado la vista de estos aparatejos, quizá tendríamos una oportunidad.

Hubo rumores que todo comenzó con un murciélago, también sonó algo de una fuga de un laboratorio... Pero la realidad está más cerca de lo que creyeron todos. Fue la indiferencia hacia el prójimo el detonante de esta bomba... De la destrucción de la vida de...

Nah, en realidad es más simple la cosa, una pelea entre razas que se salió de control, una mordida por aquí, otra por allá y quizá hasta una maldición de una bruja... Si el mundo se está acabando es por esta guerra, y no por zombies come carne.









Libro
Gran Lectora


Desde pequeña me perdía en ellos, eran mis amigos, así como me hacían reír o enamorarme, me hacían enojar e incluso llorar. Gracias a ellos hice miles de viajes a lugares fantásticos y lejanos, y he vivido infinidades de vidas gracias a ellos.

Se burlaban de mí y me llamaban ratón de biblioteca entre otros apodos, en realidad nunca me molestó ninguno.

Una vez, en una tienda de viejo encontré uno muy antiguo, tardé en poder entenderlo y cuando lo hice, el mundo estuvo a mis pies. Era feliz y no me metía con nadie, por eso no entiendo porqué lo hizo.

Un chico del colegio me lo arrebató de las manos mientras leía bajo el árbol y frente a mi lo destruyó. Un fuego en mi interior fue creciendo que se convirtió en ira, y sin siquiera pensarlo comencé a recitar uno de los hechizos que me sabía de memoria.

Combustión espontánea le llaman algunos, yo sé lo que en verdad le sucedió.

Está destruido, y deberé reescribirlo de nuevo, lo bueno es que de tantas veces que lo leí, me lo sé de memoria y el Libro De Las Sombras y Mi Señor no terminarán de esa manera, yo me encargaré de seguir conservando su legado.









Colibrí
Nunca Te Olvidé


Recuerdo cómo si hubiera sido ayer, cuando mi abuela me contó aquella historia cuando era una niña, y quizá la he recordado ya que desde hace algunas semanas he estado viendo un colibrí cerca de mi, y el problema es que es invierno y no primavera, cuando es más común verlos.

Si algo había de verdad en su cuento, el que está pequeña avecita me ronda es debido a que alguien me ama y es el mensajero para traerme noticias suyas.

Después de que él se marchó, mi vida perdió todo sentido, aún no lo perdonaba, me abandonó dejándome sola con dos hijos, me costó trabajo comenzar de nuevo. Aún no lo perdono a pesar del tiempo transcurrido.

A mi edad no creí que fuera posible, que alguien me amara en secreto. Quizá es...

—¿Wyatt?

Extiendo mi mano hacia el pajarillo y sorpresivamente se posó en mi palma y sí, quizá ahora estoy loca, pero algo en su forma de verme, me recuerda al amor de mi vida, aquel que fue asesinado en un asalto.

Aún lo sostengo en mi mano y siento un fuerte dolor en el pecho, a pesar de ser doloroso, no tengo miedo, sé que mi hora llegó, ahí está Wyatt frente a mí extendiendo su mano para que la tome, lo hago y doy un último vistazo hacia atrás antes de irnos, y veo mi cuerpo viejo y frágil en el suelo sosteniendo al colibrí entre mis manos.








Sangre

Miedo


Siempre me ha dado asco, incluso cada mes es un martirio. Verla no solo me produce náuseas, algunas veces hasta me he desmayado. Quizá por eso eso me volví vegetariana y no consumo carne, bueno, si como carne si yo no la tengo que preparar, me es repulsivo ver la sangre en mis manos.

Conociéndome, no sé cómo se atrevieron a dejarme sola en esta cita... Ya me sacaron un tubo de sangre y falta otro, comienzo a ver nublado y quizá mi rostro ha perdido todo el color, ya que el técnico del laboratorio me pasa un algodón empapado en alcohol y me ofrece un vaso de agua.







Y estos fueron mis relatos de este mes de agosto en este #RetoDeEscrituraBFD, que les parecieron???

Quise que fueran más equilibrado y poner de diferentes géneros, espero haberlo conseguido.

Y ya saben, bueno, si mis cuentas están bien, en unos 20 días salen mis relatos del próximo mes y más o menos en 30 días la recopilación de agosto donde están todos los relatos que se animaron escribir los autores que me están acompañando en esta aventura.

Gracias por leerme, Besitos!!!!





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