sábado, 31 de diciembre de 2022

(Relato) Un Cuento De Hadas - Yo Escribo 52 Historias / Semana 52

Yo Escribo 52 Historias

Semana 52

Manos / Correo


Eelynn Cuellar

Un Cuento De Hadas



Mis manos temblaban mientras cerraba el paquete, cuánto deseaba ver la expresión de su rostro cuando abriera su regalo, pero es algo que deberé imaginar.

La semana pasada me sorprendió enviándome por correo un regalo de Navidad, podría haberlo imaginado de casi cualquiera de los que conozco, pero no de ella, hace mucho que perdimos contacto y no comprendo qué mosco le picó este año, por esa razón debo ser recíproca y aunque no es muy común dar regalos el fin de año, quise hacer una excepción.

Durante esta semana le estuve dando vueltas de que podía ser, tenía que ser el ideal, el perfecto... Único.

Sonreí, ya sabía que sería aquello que jamás olvidaría.

Durante toda mi infancia y adolescencia se dedicó a joderme la vida, a hacerme sentir miserable como si fuera menos que una basura. Quise imaginar que mi padre jamás se enteró del maltrato del que fui víctima por demasiado tiempo, aunque a veces lo dudaba, perder a mi madre, su esposa, fue un golpe duro para él y a pesar que intentó ingeniarselas para sacarme adelante y llevar la casa el solo, no pudo y un día saliendo del trabajo conoció a alguien, una viuda con dos hijas.

Desde el inicio siempre hizo diferencias entre sus tres hijas... Los primeros meses fueron lindos, algo que fue efímero, aunque poco duró esa situación y meses después cuando mi padre falleció, fue aún peor. Ella nunca me vio como una hija y tardé en comprenderlo, en aceptarlo.

Era casi una niña cuando sucedió, nunca fue mi intención... Salió de mis manos y ella por su culpa perdió a su familia, nunca lo supo con certeza y quizá jamás lo sospecho. En cuanto pude, huí de casa, para intentar olvidar, pero jamás me pude perdonar, y tal vez nunca suceda, los remordimientos no me han dejado vivir en paz todo este tiempo, ella también debió desaparecer aquel día.

Pasaron muchos meses antes de que encontraran los restos de mis queridas hermanastras, los dijes que siempre portaban nunca aparecieron. Este fin de año su madre recuperará algo que era de sus hijas, pero será lo último que vea... No podré verle la cara debido a que estaré detrás de ella, oculta entre las sombras para terminar lo que comencé hace más de diez años y es momento de conseguir mi final feliz por fin.







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