Yo Escribo 52 Historias
Semana 49
Turbante / Miriñaque
Mi Gran Boda... Excéntrica
En verdad me siento un estúpido.
Estúpido, estúpido, estúpido.
Sí, no hay otra manera de expresarlo.
Era una broma para mí prometida, jamás tuve la intención de que los usáramos, pero ella estaba tan emocionada cuando los vio, que sin derecho a réplica decidió que eran perfectos.
Esa escapada a Las Vegas, era para hacer esa locura que todos hacen cuando van a esta ciudad, y no hablo de apostar. Considerando que nuestros padres no estaban de acuerdo del cómo estábamos organizando la boda y todos estaban opinando, hartos compramos los boletos y decidimos que sería a nuestra manera. Una boda que la oficiaría Elvis Presley.
Cuando entramos a esa tienda de alquiler, la idea era buscar nuestro ajuar. Entre tantas ropas extravagantes encontré un miriñaque, de esos que yo creo solo hay en los museos y un turbante como si fuera de un Zar, tome ambas prendas y corrí a enseñárselas. Las vio y soltó un grito de emoción, dijo que eran las ideales y que había visto en alguno de los percheros ropa que complementaban mis accesorios y ahí sacó su lado creativo, siempre quiso ser diseñadora de ropa y ella terminaría de realizar nuestras ropas. Por supuesto que la apoyé en este sueño, por lo menos para nuestra boda. Buscamos una tienda de telas y accesorios, en cuanto llegamos al cuarto del hotel, me despidió mandándome al casino para que ella pudiera trabajar sin interrupciones toda la noche, aparte que dijo sería una sorpresa. Cómo bien chico, pues no me resistí.
En la mañana cuando subí, después de muchas horas hablando y perdiendo dinero, subí para que descansáramos unas horas, ya que por la noche lo haríamos. Estaba tan cansado que la curiosidad fue vencida por el cansancio y ella continuaba fresca como lechuga trabajando todavía.
En verdad cuando me enseñó todo lo que estuvo haciendo, me dejó con la boca abierta, sin duda mi chica tiene mucho talento y sé que debería apoyarla.
Cómo deseábamos que fuera única nuestra unión, ella se encargó de que así fuera.
El único problema, es que el turbante blanco y dorado ella lo iba a usar, con un traje sastre a juego... Y al miriñaque le hizo una falda enorme negra que se complementa con la parte superior de un smoking... Que usaría yo.
Aún no entiendo su creatividad y de las decisiones que tomó, se ve bien lo que hizo con las ropas, pero estaría mucho más cómodo usando el turbante que esa falda y miriñaque, hasta el último minuto esperaba me dijera que estaba bromeando, pero no. Ya hasta me dijo que cómo no íbamos a tener invitados, sería cool que la postal navideña que enviaríamos en unas semanas a amigos y familiares, usaríamos una de las fotos de la boda para felicitarlos.
Me quiero morir.
Soy un estúpido, estúpido, estúpido.
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