Kiko siempre creyó que Prisma, la universidad de arte de sus sueños, sería su escape. El lugar en el que dejaría atrás a su madre, esa que siempre la hizo sentir poca cosa, y a las pesadillas de su pasado. El lugar donde nadie creería que es demasiado dramática, ni desestimaría su talento. El lugar en el que su vida comenzaría realmente. Pero es rechazada y siente que su mundo amenaza con romperse en un millón de pedazos, especialmente cuando su tío, la persona que le arruinó la infancia, vuelve a entrar a su vida. Entonces una invitación inesperada le da la posibilidad de recorrer escuelas de arte en la costa oeste. Pero para comenzar a vivir su sueño deberá derribar las barreras que se ha construido alrededor, aprender varias lecciones sobre sí misma, su pasado y, lo más importante: ser valiente. Una historia profunda y maravillosa sobre identidad, familia y la belleza que emerge cuando nos animamos a abrazar nuestro verdadero yo.
Esta es una novela fuerte, más de lo que me esperaba, donde vemos que se tocan temas fuertes y quizá controversiales y todo es visto por una adolescente llamada Kiko, que sumados a los problemas familiares, ella tiene sus propios problemas, miedos y calla demasiadas cosas.
La relación que tiene con su madre es muy complicada, ya que ahora sí, parece que ella es de la luna y la otra de marte, son tan diferentes que realmente solo por costumbre o educación o porque son familias ellas deben convivir.
Kiko se siente culpable de la separación de sus padres, y por más que intentó hablar con su madre el asunto, ella lo minimizó y nunca le creyó. También tiene dos hermanos, con el más pequeño tiene la necesidad de protegerlo y ayudarlo, por eso cuando ella logra salir de casa para buscar su felicidad y poder estudiar lo que ella ama, él hace algo, por ese amor a él es capaz de renunciar a su sueño, pero no se lo permiten.
Ella se siente fuera de lugar, que no pertenece ahí y se siente discriminada por su aspecto asiático. incluso hay tipos que le dicen que a ellos no le gustan las chicas como ellas, por ese y otros motivos, ella es un ser solitario, antisocial y solo por su mejor amiga se atreve a salir e ir a su primera fiesta, ahí se reencuentra con Jamie, su mejor amigo, por el que sintió algo y pero la distancia, el silencio y algún malentendido los aleja aún más como si fueran unos completos extraños, y precisamente él, será la clave para que luche por lo que desea.
Se tocan temas como el suicidio, abuso sexual, bullying, discriminación, infidelidad, alcoholismo, entre otras cosas y vemos como todo esto le afecta a Kiko en diferentes noveles y como su vía de escape es hacer dibujos con lo que expresa lo que sus labios no dicen, ya que tenemos esa parte de: lo que quiero decir, y lo que digo en realidad. Sin duda esta es una novela de corte juvenil narrada en primera persona, pero con tantas verdades que cualquiera que la lea comenzará a ver las cosas de otra manera.
Me sorprendió ver la indiferencia de su madre, la vanidad y frialdad con la que ve las cosas, y cómo le vale un sorbete lo que sus hijos piensen o sienten, la autora creo que logra crear una relación tóxica en este aspecto y retrata desgraciadamente una cruel realidad. En realidad toda la novela, es un reflejo triste de muchos adolescentes que callan por no ser escuchados y sufren maltrato de diversas maneras.
El final y el desarrollo de algunos personajes me gustaron, y no es solo una novela controversial, sino me parece tiene un buen mensaje. Buena lectura.

Creo que paso, no me llama tanto la atención y ando en busca de lecturas más ligeras. Gracias por compartir!
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