domingo, 11 de septiembre de 2022

(Recopilación) Yo Escribo Agosto 2022 by Varios Autores

 
Yo Escribo Agosto 2022


Rosa / Lago / Venganza / Aceituna / Ceniza



Varios Autores

Neus Sintes, salvador Alba, María Elena Rangel, Freya Asgard, Jacqueline Estay Guerra, Katty Montenegro, Eelynn Cuellar


Hello, hello!!!

Y aquí van los relatos que se juntaron para el mes de agosto, como saben o cada mes escribo 6 relatos y mis compañeros de letras uno cada quién... que historias habrán nacido con las palabras Rosa/Lago/Venganza/Aceituna/Ceniza ???

Fuera de los míos que siempre estarán hasta el final, los demás relatos y su orden aquí depende de como se fueron publicando en redes sociales.

A leer se ha dicho!!!















Neus Sintes


Poco a poco las cosas volvieron a la normalidad. Se familiarizaron con el barrio, con sus nuevos vecinos y con su ambiente. Residían en una barriada pequeña de pocos vecinos. Un nuevo lugar, una nueva vivienda y nuevos vecinos con los que, con el tiempo llegaron a conocer y con algunos llegaron a entablar más amistad.
Leslie era la vecina que vivía al lado. Madre soltera con su hijo Sergio de 12 años, quien estaba en la fase de la adolescencia.Leslie le habló de cómo llegó a vivir a las afueras, después de pasar por un largo y duro divorcio. Por el contrario, Dunia, le explicó su situación. Por todo lo que había pasado llegando de un país a otro muy distinto y de cómo se vió sola en el mundo hasta encontrar el amor en Dereck, que a pesar de todos los baches que habían pasado, seguían luchando juntos para tener un techo.
—¡Vaya, amiga! —La vida no ha sido fácil para ninguna de las dos. 
—Me alegro de que seamos vecinas. 
—Yo también. Creo que seremos grandes amigas.  
Dunia y Leslie hicieron amistad con facilidad. Gracias a la amistad surgida entre ambas, Dunia no se encontraba tan sola, cuando Dereck tenía que irse para ir a trabajar a la ciudad. 
Y Leslie, por otro lado, había encontrado en Dunia a una amiga con quien poder echar unas risas y hablar de cosas de mujeres, cuando no estaba trabajando de asistente en la limpieza de casas. Tenía un horario muy flexible en el que un día la llamaban para trabajar cuatro horas, como otros dos horas. 
Dunia se encontraba realizando la compra de la semana en el supermercado más cercano, cuando percibió que alguien la seguía, sentía una presencia de estar observada por alguien. El temor le invadió de nuevo, el sentir de nuevo esa sensación de saber que alguien la estaba siguiendo. En su país era de mal presagio. Fingió que no la observaban. Cogió por último el bote de aceitunas, finalizando así la compra y marchó a casa.  
—¡Qué tenga buen día! —exclamó la cajera. 
Dereck aprovechó el camino para pararse en una floristería y escoger una rosa roja para su amada Dunia. 
—¿Quién es la afortunada? —le preguntó la anciana que vendía las rosas
—Es la mejor mujer que se me ha cruzado en mi camino —dijo soñoliento Dereck
—¡Me alegro! — Os deseo lo mejor para los dos. Se despidió la anciana, con su tímida sonrisa.
Ella abrazó a Dereck cuando lo vió con la rosa en la mano, mientras se la ofrecía con uno de sus apasionados besos. Entre beso y beso, se miraron a los ojos y el juego de la pasión siguió, terminados enredados entre las sábanas de la cama.
—¡Toc, Toc!— 
—¿Esperabas a alguien? —preguntó Dereck a Dunia. 
—No. A nadie. —afirmó dubitativa. A no ser que sea Leslie ... .pensó para sí misma. 
—No conocemos a nadie más. —respondió Dereck, extrañado. 
Dunia se alisó el vestido y alisó con las yemas de los dedos su pelo y acompañada de Dereck fueron juntos hacía la puerta. La sombra de un hombre parecía estar esperando detrás de la puerta. Al abrir la puerta, se llevaron una desagradable sorpresa. En el umbral de la puerta esperaba el mismo policía, que les hizo echar de la casa de Dunia. 
—Buenas tardes —les dedicó con una sonrisa forzada y un tanto nervioso
—¿Qué es lo que quiere ahora? —preguntó indignada Dunia. Sé quién es usted. Recuerdo fácilmente una cara. El mismo policía que me echó de mi casa y la de mi padre. 
—¡Cálmate, Dunia, cálmate! —intentando apaciguar las aguas Dereck.
—¿Qué es lo que desea, agente? —preguntó Dereck, mientras intentaba tranquilizar a Dunia, sin mucho éxito.
—No sé cómo decirlo, sin que no suene muy forzado. Pero… —tartamudeó— 
Y mirando a Dunia le dijo — señorita Dunia, con todo mi pesar, se me ha autorizado hacerle entrega de este cofre. —temblando de miedo y de cómo respondería Dunia. El agente le entregó un cofre gris con las iniciales D.E.P a los lados. 
—¿Qué significa este cofre? —preguntó con lágrimas en los ojos. 
—Le hacemos entrega de las cenizas de su padre. Lo siento mucho.
—¡Noooo! —gritó entre sollozos ahogados. ¡Cómo, porqué…! —¿Habéis sido vosotros los culpables de su muerte? —preguntó Dunia, mirando al agente con una mirada llena de ira y de terror. 
—Falleció por una enfermedad extraña, de la que no teníamos cura.
—¡Fuera de mi casa! —No quiero volver a ver su rostro aparecer por aquí. En el caso de que aparezca, yo misma le mataré. 
—¡Agente, Agente! —exclamó Dereck. Mi novia está muy afectada, compréndelo. El agente asintió con la cabeza. —Mis condolencias. 
Había pasado el tiempo y Dunia empezó a cambiar. Dereck lo percibía. Ya no era la cálida y dulce Dunia de la que se había enamorado. Tras recibir las cenizas de su padre, había decaído en un trance de depresión del que no había manera de que volviera a ser la de siempre. 
Cerca de la casa había un lago en el que Dunia se pasaba horas y horas observando. En su mente una venganza iba creciendo, mientras cerca del lago, reflexionaba, cómo llevarla a cabo.









Salvador Alba

La primera vez de Gisela y Valeriano

Llevo una rosa en la solapa de la chaqueta para que Gisela me reconozca. Es nuestra primera cita, nunca nos hemos visto en persona. A pesar de conocernos por Facebook y de charlar durante años, nunca hemos subido fotos nuestras, ni en el perfil ni en publicaciones, nunca.
Me dirijo hacia el mirador de la plaza Mayor, desde allí se ve el lago, a sus pies. Hemos quedado allí, ella llevaría un vestido de color blanco y dos margaritas del mismo color en el pelo. Me apresuro.
Acabo de llegar y no la veo, creo que es temprano, así que espero mirando en todas direcciones y buscando entre la gente. A esta hora hay muchos transeúntes y turistas, las terrazas de los bares están llenas y los restaurantes empiezan a estarlo.
No la veo. Creo que me ha dado plantón o se ha ido al verme de lejos. ¡Esto no podía salir bien! ¡Con lo feo que soy…!
Un momento, me suena el móvil.
—¿Gisela?
—¿Qué haces ahí parado, Valeriano? Te estoy haciendo señas, mírame. ¡Aquí! ¡Ahí no, justo al lado!
—Ahora sí te veo, perdón, pero es que la bandera de España gigante del bar de al lado acapara toda la atención. ¡Voy!
Vaya, casi me marcho. ¡Qué nervioso me acabo de poner!
Ya la veo, está sentada, con las piernas cruzadas ante un refresco y un plato de aceitunas, sostiene un cigarrillo encendido, está a punto de caérsele la ceniza. Conforme me acerco, me sorprende su belleza. Se pone en pie y me sonríe, espero que sea de alegría y no por la cara de estúpido que se me debe haber quedado.
—¡Hola! ¡Qué bien verte al fin! —saluda.
Me abraza muy fuerte. Yo, nervioso, la abrazo también por la cintura. Sin querer toco uno de sus glúteos y subo hacia arriba muy rápido.
—Ja, ja, ja no pasa nada, hombre, ¡hay confianza!
—Ya, bueno, es que…
—¡Pues sí que eres tímido en persona!
Me agarra de la nuca, me atrae a sus labios y me planta un beso, al cual correspondo de la misma manera. Me voy a asfixiar, pero no me importa al sentir su lengua caliente y juguetona.
—¡Vaya!, eres tímido pero tu cosa no ji, ji, ji.
Qué vergüenza me está dando, ¡Dios!
—Sentémonos antes de que te noten el calentón.
Nos sentamos, yo debo estar rojo, la cara me arde.
—¿Llevas mucho esperándome? —le pregunto.
—No, cinco minutos antes de que llegaras.
—¿Y qué te parezco?
—La verdad es que guapo, no tanto como imaginaba, pero me gustas. —Esa respuesta no me la esperaba. ¡Bien! —¿Y yo qué te parezco?
—Una diosa del Olimpo.
—¡Ja, ja, ja! qué exagerado eres.
—No, en serio, como no ponías fotos, pensé que eras un adefesio.
—Bueno, el que hayas acudido a la cita creyendo eso dice mucho de ti. No te importa mucho el físico.
—Con todo lo que nos conocemos y lo que nos hemos contado, siento que es lo de menos. La verdad es que estoy enamorado de ti hasta el alma, nunca había sentido algo tan fuerte.
—¿Ni siquiera cuando te machacaste el dedo pequeño del pie con la mesa imperial del despacho de tu jefe? —Con la bromita me ha cortado el rollo.
—Ja, ja, no le quites importancia a este momento, me estoy sincerando cara a cara.
—Vale, perdón. Ya sabes que bromeo cuando me pongo nerviosa. —Lleva bromeando desde el minuto dos de conocerla por Facebook.
—¡Ajá! Así que te has puesto nerviosa.
—Sí, más de lo que me esperaba. La verdad es que he sentido algo en el estómago cuando te he visto de lejos. Y no ha sido una arcada ¡ja, ja, ja!
—Ja, ja, ja.
—No me lo tengas en cuenta. Oye, ¿vas a pedir algo de beber? ¿O nos vamos directamente al hotel? Nos conocemos más que de sobra, ahora toca conocer nuestros físicos. —Directita al grano.
—Pues como prefieras.
—De acuerdo, vamos al hotel, espero que te desahogues bien conmigo en venganza por las bromas.
—Si es lo que quieres, me emplearé a fondo los cinco minutos que duraré.
—¡Ja, ja, ja! ¡Tú también eres muy gracioso!
Sí, gracioso… cinco minutos va a tardar en comprobarlo…









María Elena Rangel

En relatos anteriores nuestra chica descubre en sueños recurrentes que en una de sus vidas pasadas fue la bruja más poderosa del mundo. Despojada por el Príncipe de las Tinieblas de sus poderes al no querer servirle, espera vida tras vida que el diablo reclame su alma. Dispuesta a recuperar sus poderes y hacerle frente va a parar, instigada en sueños por su guardián, a Escocia. Allí se encuentra con él si saber quien es, hasta que él le explica a medias su identidad y la lleva de vuelta a esa, su primera existencia donde se encontrará con su yo de esa época.

***

No me Dejes Caer en la Tentación

Una vez vestida acorde a la época y el lugar donde me encontraba, nos encaminamos de nuevo al lugar en el cual el aquelarre hacía sus rituales, aquel que siempre veía en sueños. El claro quedaba cerca de un hermoso lago bordeado de coloridas flores silvestres, de entre ellas tomé una rosa roja y la coloqué en mi cabello. Procedimos a preparar todo para practicar conjuros y hechizos uniendo nuestras fuerzas individuales en una sola, con el fin de regresar al maligno a las tinieblas donde pertenecía, y que no regresara más, o por lo menos en un muy, muy largo tiempo.
El lugar, alrededor de la hoguera, estaba cubierto de mucha ceniza que atestiguaba el uso para el que estaba destinado, la práctica de la magia blanca; solo que esta vez tendríamos que usar un poquito de la negra para lograr nuestro objetivo, ya que al adversario no se le podía vencer de otra manera. Y no, no era venganza, era justicia divina.
Miré a mi lado, y la respiración se me cortó al observar al escocés meterse una de las aceitunas que llevamos para picar, en aquella suculenta boca. Mi rostro se cubrió de rubor, ese hombre tenía dueña y aunque éramos la misma persona, a la vez no, ¡Qué enredo! En fin, que no podía ser; por otro lado, yo tendría que volver a mi época; lo cual no quitaba que ese highlander fuera una verdadera tentación. Para mi sorpresa él me miró con una sonrisa traviesa y lo que dijo me dejó helada.
―Tranquila, Moraine, ya conocerás a mi yo de tu época ―soltó con picardía.
¡Joder! ¿Es que él también tenía poderes? De otra forma, ¿cómo supo lo que estaba pensando?









Freya Asgard

Fiesta

Saqué una aceituna de la fuente, tenían aceitunas de todos los tipos: amargas, sin amargor, rellenas, verdes, negras, moradas… Yo las amaba, así es que nadie me movería de lado de la mesa.
La fiesta me tenía sin cuidado, pues mis padres me obligaron a ir y esa sería mi venganza, aislarme de todos y comer mi fruto favorito, además, en ese lugar, tenía una hermosa vista al lago, la fiesta la habían preparado a las afueras de la ciudad en un centro de eventos especial para la ocasión. Un gastadero de dinero. La verdad es que la naturaleza no es lo mío, yo prefiero los libros y la televisión. Puedo pasarme horas, días, semanas encerrada sin ver a nadie. Por eso amo las vacaciones, no hay escuelas, ni academias, ni nada, y como mis papás son trabajólicos, nunca se toman más de dos o tres días libres para descansar.
Miraba a los invitados a ratos, todos parecían disfrutar, yo hubiese querido irme a mi casa, pero no podía, mis papás no me lo perdonarían, aparte de que no podría haberme devuelto caminando, eran veinte minutos en auto, a pie, sería un día entero.
Saqué otra aceituna, una rellena, que eran las únicas que quedaban, yo creí que lo rojo era morrón, pero no, era ají, y uno muy picante. Me tomé el vaso de bebida de un sorbo. Sentí que mis mejillas se pusieron rojas, o moradas.
Bueno, ahí estaba yo tratando de que se me saliera el ají de la boca mientras jadeaba con la lengua afuera.
―¿Vas a estar toda la tarde aquí? ―me preguntó un chico muy atractivo, seguro lo enviaron mis padres para convencerme de participar con los demás―. Parece que te picó mucho ―se burló al ver que había quedado con la boca abierta y la lengua afuera.
―No me importa la fiesta ―repliqué más avergonzada que molesta.
―Te perdiste el asado, podrías haberte divertido, hicimos una fogata, pero ya solo es un montón de ceniza.
―No me importa, ya te dije, no estoy ni ahí con la fiesta.
―Es que me mandaron a buscarte, vamos a cantar el Cumpleaños feliz a la quinceañera.
―¡Bah! No me necesitan para cantar.
―No, para cantar no, pero sin ti, ¿a quién le vamos a cantar?
Tenía razón, así es que suspiré y me armé de valor, él me tomó la mano y me guio hasta donde estaba la enorme torta rosa que había mandado a preparar mi mamá. ¿Qué se hace cuando un montón de personas, la mitad desconocidas, te canta?
Al apagar las velas, pedí un solo deseo: que mis padres jamás volvieran a celebrar mi cumpleaños en contra de mi voluntad.









Jacqueline Estay Guerra (Taygeta Maia)

Aceitunas

Rosa preparó las cosas para el picnic y las dejó en una canasta, en donde no faltaron las aceitunas deshuesadas que ella rellenó con mucho cuidado; quería que todo fuera como al principio cuando recién conoció a Richard y eran felices.
Ese picnic decidiría todo. 
―Richard, ya está todo listo, solo falta guardar las bebidas en el cooler, ¿podrías hacerlo tú?
―Sí, termino de hablar por teléfono y lo hago ―contestó él desde el jardín.
―Está bien.
Unos minutos después Richard entró y puso las bebidas en el cooler, tal como había pedido Rosa.
―¿Estamos listos? ―preguntó él.
―Sí, vámonos.
Subieron al auto y enfilaron rumbo al lago.
Al llegar Rosa extendió una mantita en el pasto y puso l canasta con los comestibles que había preparado para ese día tan especial.
 Richard se había alejado un poco ya que estaba, otra vez, hablado por teléfono.
―Richard, ya tengo todo listo, ven, por favor.
―Voy, voy ―pero seguía con el teléfono en la oreja.
Luego de unos diez minutos, él llegó al lado de Rosa.
―¿Con quién hablabas tanto?
―Asuntos de trabajo.
―¿Asuntos de trabajo? Pero estabas muy sonriente.
―Es que todo está saliendo a pedir de boca, firmamos un contrato y debo viajar a España por dos meses.
―¿Dos meses? ¿Iremos juntos?
―Esta vez no, cariño, viajaré solo.
―Estarás afuera dos meses.
―Pero se pasarán volando, no te preocupes.
―Está bien, comamos.
―Sí, esas aceitunas se ven deliciosas.
―Pruébalas, les puse un relleno nuevo, están muy ricas.
Ricard probó una.
―Pero están riquísimas.
―Cómelas todas si quieres, las preparé para ti.
―¿Tú no comerás?
―No, comí bastante mientras las preparaba, ya no quiero comer más, son para ti.
―Está bien, entonces me las comeré todas.
―Anda, cómelas, son todas tuyas.
Richard comió las aceitunas y luego de unos momentos empezó con un dolor de estómago insoportable.
―Me duele mucho el estómago, Rosa.
―¿Sí? ¿te duele? ―preguntó ella en tono burlesco.
―Rosa, ¿qué le pusiste a las aceitunas?
―Mi relleno favorito, veneno para ratas.
―¡¿Qué?!
―Eso, veneno para ratas, ¿o qué te creías, que dejaría que me engañaras con Patricia, así como así? No, amorcito, esta es mi venganza, ni tus cenizas quedarán, porque los animales te comerán; ahora me voy y te dejaré aquí retorciéndote de dolor.
―No, no me dejes aquí, Rosa, por favor, llévame a un hospital.
―No, querido, te dejaré aquí como tú pensabas dejarme para irte con Patricia a España, ¿o crees que no lo sabía?
―Rosa, Rosa por favor, escúchame ―pedía Richard con un hilo de voz mientras veía alejarse a Rosa en el automóvil.
Si Rosa tan solo supiera que Richard y Patricia estaban preparando una sorpresa para ella cuando se fuera con Richard a España…









Katty Montenegro

Bromas pesadas

Yo no era muy partidaria de la venganza, pero esos jueguitos de bromas pesadas que estábamos haciendo con mi pareja ya se estaban saliendo de control y tenía que mostrarle lo que se sentía. Ya llevaba dos semanas gastándome bromas mucho peores de las que yo le hacía a él. Hizo que cayera a un lago y me llenó la almohada de ceniza. El colmo fue cuando metió aceitunas en mi taza de café mientras no miraba. Ya no más. No podía aguantarlo más. Esperé paciente. Él llegó a casa, me dio un beso y se fue a cambiar de ropa, aquel día iríamos a cenar, yo actué con normalidad, esperando a que cayera en la trampa. De pronto empezó a gritar, yo, muerta de la risa, subí a “ver que pasaba”. 
―¿Qué es esto? ―pregunté irritada.
―Dímelo tú, cariño.
Él empezó a reír a carcajadas. Creí que una buena idea era meter pintura rosada en la secadora para que se le tiñera la piel, pero él debe haberlo adivinado, porque el vestido que usaría esa noche estaba todo teñido de rosa.









Eelynn Cuellar

Rosa / Lago / Venganza / Aceituna / Ceniza
Eternidad

No sé en qué estaba pensando, sin pensarlo me lancé al lago y dejé que el agua tranquila me tragara por completo. No hice amago de nadar o mantenerme a flote, simplemente me zambullí.

No es que quisiera que cargara con eso en su consciencia, pero sí, que le duela al perro desgraciado, está es mi venganza contra él, me hizo tanto daño, que sufra un poco, no estaría mal. Pero es tan frío, tan indiferente que no sé en realidad si le interese lo que me suceda. Vamos, incluso hasta dudo que le afecte algo si trago un poco de agua o me mantengo hundida por horas, días o meses.

Jamás pedí está condición, simplemente él decidió compartir su maldición conmigo. Una noche saliendo de la universidad, fue tras de mí, en cuanto vi la sombra acechandome, lo único que se me ocurrió fue correr debido a que creí que solo era un asalto, o depredador sexual. Aún recuerdo que cuando me acorraló, aspiró fuerte el aire a mi alrededor y dijo que era exquisita, ahí fue cuando a mi memoria se me vino Drácula o cualquier vampiro, e imaginé que existían, supuse que se alimentaria de mi y me llevaría a la muerte o quizá me convertiría, era una idiota por creer en esas historias que millones de veces leí en diversas novelas, estaba preparada para recibir la mordida, y nada, estando a centímetros de mi piel siguió inhalando mi aroma y comenzó a cantar algún canto extraño en un idioma aún más extraño. Ese fue el último recuerdo que tengo cuando era humana.

No soy humana, pero vampiro tampoco, él nunca me dijo que éramos, simplemente inmortales, que no enfermamos nunca, pero nos alimentamos como cualquier persona o animal, no envejecemos y curiosamente sí nos enfermamos hasta una simple gripa nos puede llevar a la cama hasta dos semanas, raro, lo sé, pero esa es nuestra condición. Al principio, una vez que acepté mi nueva condición y teniendo a un tipo a mi lado que parecía un Dios tallado a mano, uno por el cual todas o casi todas las mujeres mojarian sus bragas, la verdad es que no lo vi tan mal e imaginé que una eternidad no sería tan mala, pero cien años fueron demasiados para él y cada noche que pasa fuera de casa, se acuesta con una diferente, ya no me toca y me humillaba en toda ocasión que le es posible. Durante un par de décadas toleré está situación, pero después me daba asco que me tocara y eso era su justificante para acostarse con todo lo que pudiera. Una tarde cansada, deambulando por la ciudad, de la cuál nos tendríamos que irnos pronto para no levantar sospechas sobre nosotros, llamó mi atención una pequeña iglesia, y por primera vez en todo este tiempo entré a una. Desconocía si era un lugar prohibido para nosotros, quizá ni siquiera iba a poder entrar... En el interior había una ceremonia en proceso, gente vestida de blanco que lloraba y rezaba a la par y al frente, una pequeña urna con las cenizas de alguien. Por un momento quise marcharme y alguien me tomó del brazo, era un chico de mi edad, de la que aparento, y me llevó a las primeras filas dónde me invitó a sentarme junto a él.

Al parecer el último deseo del fallecido, que por cierto era un sacerdote, era descansar en el bosque, en un lago y yo sin pensarlo les ofrecí nuestra casa. Una vez que esparcieron la ceniza, me dieron las gracias, regalándome una rosa morada y se marcharon, ahí es donde me sentí tan miserable que decidí ahogar mis penas por un rato.

Lo que no esperaba, es la reacción de él, al parecer se cruzó con los dolientes cuando se marchaba y estaba furioso, fue directo al agua a buscarme, pero en cuanto su cuerpo tocó el líquido, él, como si de cera se tratara comenzó a derretirse, en lugar de que me preocupara, intentará ayudarlo, salí a la superficie y rápidamente salí del agua me coloqué en un lugar estratégico y observé cómo desaparecía. No tengo idea qué fue lo que le ocurrió, pero no pensaba arriesgarme. Una vez que solo quedó flotando su ropa entré a la cabaña y me preparé un martini con una sola aceituna... Nunca he sido de beber alcohol, pero hoy tenía que celebrar que era libre, sola, pero libre después de tantos años.









Rosa
Bendición

El rosa es... Era mi color favorito, todo mi guardarropa, muebles, maquillaje y hasta en el cabello usaba ese color maravilloso. Todo en mi era rosa en todas sus tonalidades, incluso hasta mi nombre es Rose.

Era mi favorito, hasta que un día a Flufly, el gato de mi suegra, que me lo dejó un fin de semana para que se lo cuidara y le diera su medicamento porque ella salía de viaje, y obvio que yo tenía que ganar puntos con ella, ya que no era de su agrado, y aunque aunque no me gustan los peludos acepté, pero después de que la criaturita del señor vomitara la medicación rosada sobre mi y mi hermosa cama vestida de rosa y que dejara ese apeste tan horroroso por todas partes, es que decidí cambiar… ahora luzco el color negro con mucha dignidad, ah, y por cierto cambié también de novio en cuanto regresé ese bicho a su dueña.









Lago
Recuerdos

De los pocos recuerdos que tengo del pasado, es cuando era niña e íbamos toda la familia a la casa de campo de mis abuelos para pasar las vacaciones de verano ahí.

Recuerdo que había un lago cerca de la casa y aunque no contáramos con bañadores propiamente, en ropa interior nos metimos al agua refrescante, ahí fue donde aprendí a nadar, era algo de niños y nos divertíamos mucho así.

Esas semanas fueron increíbles, inolvidables. Tal vez por eso, son de las pocas cosas que recuerdo de mi vida pasada.

Un accidente automovilístico me lo robó todo, o más bien debería decir los médicos y científicos que hicieron uso de todos sus recursos para mantenerme con vida, pero en el proceso, olvidaron dónde ponerse un alto e hicieron una atrocidad en mí.

Experimentaron con mi cuerpo y mi mente, crearon un ser al cual controlar y me convirtieron en un arma letal. En pocas ocasiones, cuando me mandan a alguna misión para deshacerse de sus "estorbos", como en esta ocasión, recuerdo cuando era feliz de pequeña, junto a mis abuelos y primos, mientras nadaba en el lago y tengo la oportunidad de pedir disculpas, antes de que realice mi trabajo y tenga que matarte, porque eres mi última misión… hasta ahora.









Venganza
Trabajo Honesto

Venganza, así es como me hacia llamar al inicio, con el tiempo ya era Vengi, y me parece que eso para algunos les daba más confianza, y cada vez me buscaban más para realizar un trabajo en específico.

Nunca sufrí bullying o maltrato alguno, incluso me trataban con delicadeza, ver a un chico con lentes y en silla de ruedas, siempre impresiona y me tenían lástima, aparte me consideraban un nerd porque me la pasaba con mis juguetitos y computadora. Desde mi posición, fui testigo de muchas injusticias y fue cuando decidí hacer algo al respecto.

La gente cuando se enteró a lo que me dedicaba, comenzaron a buscarme para que hiciera algunos trabajitos. Al principio lo hacía gratis, pero cada vez los pedidos son más exigentes y planearlos y realizarlos es mucho más complicado y con todo el dolor de mi corazón, comencé a cobrar, pero era dinero que en su mayoría donaba a alguna beneficencia, no me hacia falta y aparte lo sentía sucio, de esta manera limpiaba un poco mi conciencia, además, los clientes quedaban satisfechos, lograba vengarlos de la mejor manera.

Soy caricaturistas y amo hacer memes y dibujos exhibiendo a quien se lo merece, todo trabajo que subo a la red en poco tiempo se convierte en viral.

Me burló de la gente y así me gano la vida.









Aceituna
Nuevo Look

Soy de esas personas raras a las que les gustan las aceitunas, en todo lo que se pueda poner. Son deliciosas con carnes, quesos, bebidas, como botana, incluso hasta con el huevo. Era tanta mi obsesión que hasta a mis gatos, si a los cinco que tengo, en cuanto abro un frasco me exigen las suyas. Tanta era mi obsesión que mi departamento está pintado de verde aceituna y blanco, que junto a varios accesorios de los mismos tonos hacían el hogar perfecto. Es más, por mi, muchos cambiaron el piropo de cuerpo de uva, por el de cuerpo de aceituna. Así que un día, decidí que no solo en mi guardarropa usaría este color, ya usaba pupilentes y daría un paso más y lo llevaría a un nuevo nivel. Ya me habían dicho que era difícil conseguir el tono correcto y que yo teniendo el cabello tan negro, tendría que llevar un proceso muy largo para poder aclararlo lo suficiente y poder conseguirlo, pero estaba confiada, estaba en las mejores manos, así que después de varias decoloraciones, por fin mi cabello era la suficiente claro, yo solo rezaba con que no quedará verde vómito, ya que la línea entre ambos tonos es muy delgada... Ojalá esté hubiera sido el resultado. Me pusieron el tinte y cuando comenzaron a lavarlo, se cayó no solo el color, mi cabello estaba tan quemado, que mechones enteros salían y me quedé con tres pelos en la cabeza. Debí haber hecho caso y utilizar una peluca, desde el principio... Se que se nota muy falsa y parece de payaso, sin embargo y lo más importante, es que por fin tengo el look que siempre deseé, bueno casi, cuando vuelva a crecer mi cabello, lo volveré a intentar. Y no me importa que me digan Desagrado como el personaje de Intensa-mente, mueran de envidia porque yo soy la chica verde.









Ceniza
Deudas

Una lluvia de ceniza comenzó a caer en la ciudad un día. Nadie podía explicar de dónde provenía. Ya que esto sucede normalmente cuando un volcán está activo o hay incendios forestales. Absolutamente nada de esto está ocurriendo, y menos en todo el mundo.

Primero fueron las ciudades grandes las que vieron la ceniza caer y los poblados pequeños no tardaron en pasar por lo mismo. Era como si cayera las veinticuatro horas, una nieve gris. Llegó un momento que salir de casa era peligroso, el aire era de mala calidad, imposible de respirar libremente y la visibilidad era casi nula.

A raíz de esto la vida estaba desapareciendo. Flora, fauna... Cualquier ser vivo que estuviera al intemperie no lograba sobrevivir demasiado tiempo bajo estás condiciones. En poco tiempo solo quedábamos pocos sobrevivientes y casi todo el tiempo debíamos usar trajes especiales.

Quizá fui de los afortunados por mis conocimientos y tuve a mi mano recursos que muchos no tuvieron, poca información se filtraban de lo que estaba sucediendo, la única opción para que no pereciera la raza humana era abandonar como vil ratas el barco que se estaba hundiendo y fue cuando supe de las naves nos llevarían a nuestro nuevo hogar, pero fue demasiado tarde, nadie será capaz de salir con vida de aquí, cuando estaban por salir las primeras naves, la tierra implosionó, cobrando así todo lo que le hicimos por demasiado tiempo.








Y que les parecieron???

Muy extraños???

Alguno que les haya gustado más???

Gracias por leerme y pronto ya sean historias escritas por su servidora o alguna recopilación mensual o quincenal donde también están los trabajos de los demás autores.

Gracias por leerme y besitos!!!!







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