Yo Escribo Noviembre 2022
Noviembre
Negro / Sótano / Rivalidad / Pizza / Mefistófeles
Hola!!!
Y bueno, logré escribir algo después de un poco de resaca que el mes de octubre me dejó luego de escribir tantos relatos para diversos retos, pero bueno, aquí están mis 6 relatos de este mes de noviembre, que por cierto van en continuación y en esta ocasión termina este mes, no como en septiembre y octubre.
Que los disfruten!!!!
Negro / Sótano / Rivalidad / Pizza / Mefistófeles
Amor Prohibido
(primera parte)
Lenar caminaba deprisa, mirando ocasionalmente por encima de su hombro solo para cerciorarse que nadie venía detrás de ella. Desde que salió de la oficina ha tenido esa sensación, en realidad se ha sentido acechada por varias semanas.
Todo empezó, aquella tarde que salió con amigas a comer pizza después del trabajo, era viernes, es el día que salían temprano de la oficina, en realidad ella deseaba algo más sano como una ensalada ya que había estado abusando de la comida rápida en los últimos meses y le preocupaba que tuvieran que sacarle a su vestido algo de tela al no quedarle.
Mientras esperaba frente al mostrador, un chico atractivo y que vestía elegantemente un traje negro comenzó a hacerle plática, ella que nunca se ha sentido cómoda con las personas extrañas, le incómoda la situación y lo único que deseaba era que la atendieran rápido para alejarse de él. Cuando sucedió, él le gritó que se llamaba Fausto y que había sido un placer conocerla y que volverían a verse pronto.
Lenar tenía esa sensación de que alguien la observaba a la distancia, y a pesar del miedo que llegaba a sentir en ocasiones no había querido decirle nada a nadie debido a que no le gustaba causar molestias, ella siempre ha sido así, desde pequeña fue una niña muy independiente y buscaba siempre la manera de resolver sus propios problemas, por muy sencillos o difíciles que pudieran ser a esa edad, esa era otra de las cosas que le incomodan, el tener que depender de alguien más para cualquier cosa.
El gran día por fin había llegado, estaba en el cuarto detrás de la iglesia esperando a que fuera el momento y fueran por ella para caminar al altar, revisaba su aspecto por quincuagésima vez para cerciorarse que estuviera perfecta, cómo debía ser todo lo que sucediera ese día, sin embargo sintió ese estremecimiento que cada vez era más común que acompaña esa sensación de sentirse observada todo el tiempo, llevaba sucediéndole los últimos meses, se sentía muy intranquila y en ese instante su peor pesadilla se estaba confirmando, todo lo que llegó a imaginar, ahí, frente a ella estaba aquel hombre que se acercó esa tarde que comía con sus amigas y que su sexto sentido había encendido las alarmas.
Fausto, sí así se llamaba y lo recordaba a la perfección, era atractivo, no lo podía negar, pero ella, Lenar, en ningún momento se sintió interesada y no comprendía porqué aquel individuo pareciera que estaba obsesionado con ella, estaba segura que él durante todo este tiempo ha estado acosandola... Sí podía asegurarlo, esa sensación de sentirse insegura era debido a él, a su presencia y la vibra que transmitía.
Lenar supo enseguida que estaba en peligro, que debía huir, pedir ayuda, pero él con movimientos ágiles y sin mediar palabra alguna, es como si hiciera un acto de magia, en un parpadeo se encontraba junto a ella y comenzó a besarla con urgencia como si la vida se le fuese en ello, eso fue lo que Lenar sentía, que si no lograba salir de esa situación ella corría un gran peligro. Con desesperación la chica se removía entre sus brazos para liberarse de su agarre, forcejearon algunos segundos que parecieron horas para ella y cuando lo consiguió lo único que hizo fue darle una gran bofetada y escupirle en su rostro.
Fausto comenzó a reír, como si no le importara lo que Lenar deseaba.
«Eres mía y ya estás marcada».
Esas palabras resonaron en su interior, Fausto no movió sus labios, pero una y otra vez volvía a escuchar Lenar esa amenaza en su cabeza.
—Tendrás que comportarte estúpida, lo que menos deseas es provocar una rivalidad entre aquel insulso humano con el que pretendes casarte y conmigo o mis amigos, él lo pagará muy caro y la única responsable serás tú.
Lenar guardó silencio y se quedó muy quieta, pensando que podía hacer sin hacer mucho escándalo, tenía que protegerlo a él y su familia. Fausto aprovechó ese instante para besarla de nuevo pero ella fue mucho más rápida y volvió a golpearlo en el rostro, pero está ocasión dejó marcas de sus uñas en él.
La sonrisa que Fausto tenía se borró enseguida y fue como si se transformara, la tomó fuertemente del brazo y la sacó a rastras de aquel pequeño cuarto. Lenar quiso gritar, pedir auxilio, pero en cuanto abrió la boca, ni un sonido salió, él para que dejara de poner resistencia le regresó uno de los golpes que él había recibido, fue demasiado fuerte que Lenar perdió el conocimiento.
Cuando despertó no sabía qué tanto tiempo había transcurrido, de lo único que estaba segura es que su boda debió ser cancelada e imaginaba que todo el mundo la estaría buscando a menos que... Un carraspeo la sacó de sus pensamientos e hizo que girara su rostro a dónde provenía el sonido.
Un tipo alto, quizá no tan atractivo físicamente como Fausto, pero en éste había algo enigmático, algo diferente que la atraía aún más, con aspecto corpulento estaba parado a los pies de la escalera, una de la que Lenar no había reparado antes, con un vistazo rápido recorrió el lugar y comprendió que estaba en algún sótano, donde sería casi imposible que pudiera escapar.
Lenar, gritó, lloró, imploró al desconocido que la dejara marcharse, intentó convencerlo, le ofreció darle lo que pidiera, suplicándole que la dejara irse. Él solo la observaba sin decir nada. Desesperada se acercó a él y comenzó a golpearlo en el pecho, él durante unos segundos no se inmutó, después sin que Lenar lo imaginara, con el dorso de una de una de sus manos secó sus lágrimas, con ambas tomó firme pero delicadamente su rostro y la besó.
Algunos minutos sus labios estuvieron pegados y cuando se separaron solo le dijo que lo había hecho para que se callara, que él solo estaba ahí para cumplir con su trabajo y que ya tenía dolor de cabeza por su culpa.
¿Y qué fue lo que se le ocurrió hacer a la chica? Colgarse de su cuello y besarlo de nuevo, ahora por iniciativa de ella.
Tomándola de sus hombros, la alejó de él, solo para verla un instante a los ojos.
—¿Qué has hecho chiquilla? —fue lo único que dijo y se movió de su lugar dejando libre la salida.
Aún confundida, le sonrió débilmente y caminó a las escaleras despacio. Le dedicó una última mirada y comenzó a subir los escalones. Mientras avanzaba escuchó, cómo si se lo hubiera dicho en el oído en un susurro: «Mefistófeles», aunque esa voz seductora hizo que se le debilitaran las piernas, no sé detuvo ni miró para atrás, continuó subiendo y no se detuvo hasta salir al exterior donde pediría ayuda. Mientras buscaba con desesperación alguien en la calle, aquel nombre que se le hacía familiar se repetía una y otra vez en su cabeza, era como si ya lo hubiera escuchado antes, algo extraño ya que en realidad no es un nombre muy común y era diferente... Sacude la cabeza para intentar enfocarse en lo importante en ese momento, ya cuando llegara a casa y después de hablar con todos y tal vez de hacer la denuncia pertinente, buscaría en internet a ver qué encontraba sobre alguien llamado así o del porque se le hacía conocido.
No estaba en ningún lugar perdido, alejado de la civilización, algo increíble, solo estaba a unas calles de su casa y caminando pronto llegó a su hogar.
Tocó la puerta por varios minutos y nadie respondió, tocó a los vecinos y no reconoció a ninguno, incluso todos negaron conocer a los inquilinos de su casa, aquello era muy extraño, incluso hasta revisó estar en el lugar correcto, quizá estaba confundida por el encierro, o por el golpe que recibió o hasta incluso aún con efectos de alguna droga. No quiso ponerse analizar mucho la situación y decidió pedir un taxi, ya lo pagaría cuando llegara con su prometido y pudiera contarle lo que le había sucedido. Su sorpresa fue grande al enterarse que él ya no vivía ahí, una tía o pariente de él, la conocía Lenar, aunque no recordaba el parentesco en ese momento le contó que hace poco se había casado y mudado de ciudad.
«¡Esto no podía estar pasando!»
Lenar no comprendía lo que estaba sucediendo, era como si estuviera en una pesadilla y se puso peor cuando aquella mujer le preguntó dónde se había metido en los últimos cinco años.
¿Cómo es que pasaron cinco años y ella no lo había notado?
Se sentía perdida, alzó la vista y creyó verlo, parpadeo unas veces para aclarar la vista y se había esfumado.
Con mucha vergüenza le pidió al familiar de su exnovio algo de dinero para pagar el taxi, cuando regresó al vehículo pidió que la llevara a la comisaría.
Necesitaba ayuda y era urgente, por las prisas, el miedo, no había reparado antes, fue algo que la asustó y no comprendía, su vientre... Su vientre estaba enorme como si estuviera a punto de dar a luz.
Negro
Amor Prohibido
(segunda parte)
Lenar no comprendía cómo es que había perdido cinco años de su vida, para ella solo habían pasado minutos o tal vez algunas horas. El panorama que tenía frente a ella era completamente negro, y para el colmo, cuando intentó levantar la denuncia, los policías no le hicieron mucho caso, incluso se burlaron de ella y le ofrecieron ayuda psicológica, ella aún podía ver su vientre abultado, pero parecía que nadie más podía verlo.
Le ofrecieron contactar algún conocido para que fueran por ella, se hallaba tan perdida que cualquier ayuda o rostro conocido sería bienvenido.
A pesar de que sus familiares y amigos creyeron por completo lo del secuestro, el que apareciera vestida aún con el vestido de novia fue desconcertante para todos y más tomando en cuenta el tiempo que había transcurrido.
Ella intentaría retomar su vida, comenzar de nuevo en esta locura, lo primero que debía hacer era conseguir un nuevo empleo, un nuevo apartamento y por supuesto un doctor... Un nuevo para todo, a parte que no podía quedarse en ese vecindario, ya que corría el peligro de encontrarse con él, el amor de su vida que tardó casi cuatro años para volver a enamorarse y casarse, ella no podría soportar ver eso. A Lenar le seguía doliendo y sabía que no era culpa de ninguno de los dos, en parte lo comprendía, pero eso no lo hacía menos doloroso.
La decisión estaba tomada, ella comenzaría lejos de ahí, una nueva vida, un nuevo comienzo la esperaba. Con lo único con lo que no contaba, era reencontrarse con él, con el chico misterioso que ella besó... el que la dejó en libertad.
«Ya viene» fue lo único que le susurró al oído mientras acariciaba su vientre y en ese instante todo su mundo trastabilló y su visión se fue a negro.
Sótano
Amor Prohibido
(tercera parte)
Lenar despertó confundida en una habitación oscura y por un momento creyó que de nuevo estaba encerrada en un sótano, cuando intentó ponerse de pie, se sintió mareada y cayó sobre su espalda sobre una cama caliente y mullida, y la oscuridad se debía que era de noche.
—Debes descansar.
Su visión aún no se acostumbraba a la penumbra que la rodeaba, pero detectó que la voz provenía de una de las esquinas de la habitación.
—¿Mefistófeles?
—Veo que no me has olvidado.
—¿Cómo te voy a olvidar, si hace algunas horas...?
—Han pasado casi trece meses.
¿Trece meses?
En definitiva esto era un maldito sueño.
—Y-yo...
—No intentes analizar las cosas, no las comprenderías aunque lo desearas.
De manera automática tocó su vientre y este estaba todavía más abultado, si eso era posible.
—¿Qué...? ¿Cómo...?
—Cuando me besaste antes de que abandonaras el sótano.
—¿Abusaste de mí?
—Tú me besaste, te entregaste a mí, en cuerpo y alma.
—¿Y-yo...? ¿Tú...?
—Nunca debiste hacerlo... Besarme, yo estaba ahí por la deuda de Fausto. Como te lo dije, yo solo lo hice para que callaras, y cuando tú lo hiciste, retozamos cómo vil animales por horas. Estando exhausta, te vestiste y te marchaste, te vi tan decidida, te obstruía las escaleras y fue cuando de nuevo me suplicaste que te dejara marchar, para ese momento ya sabía que mi hijo estaba en tu vientre y te dejé marchar. Sin embargo todo este tiempo he estado junto a ti cuidándote.
—P-pero tardé minutos en llegar a casa y después a la de...
—Deambulaste por días cuando viste que tu familia se había mudando. Pasaron meses antes de que llegaras a casa del tipo que te olvidó.
—¿Cómo es que...? Un embarazo no dura trece meses...
—Para mi especie lo es.
—Nadie aparte de mí, lo puede ver...
—Solo los demonios o quienes han sido marcados pueden hacerlo.
Aquellas palabras retumbaban en su cabeza.
«Demonios».
Rivalidad
Amor Prohibido
(cuarta parte)
Los demonios no existen, o eso Lenar pensaba.
Estas últimas horas, meses o años, ya no sabe cómo transcurre el tiempo, han sido tan irreales que duda por un instante que esté sucediendo en realidad. Ella dejó plantado a su novio en el altar debido a que fue secuestrada y él después de un tiempo había contraído matrimonio, su familia al pensar lo peor, por tristeza se habían mudado de ciudad, pero lo más loco, lo más inverosímil era que estaba embarazada de trece meses de un demonio.
No, Lenar se negaba a creer que todo esto le estaba pasando, todo debía ser una pesadilla. Pasó toda la noche en vela o gran parte de ella intentando analizar los detalles, y solo fue sacada de sus pensamientos cuando en la parte inferior de la casa escuchó a dos hombres discutiendo. Por un breve momento creyó que él, el amor de su vida al enterarse que había aparecido después de cinco años, fue a buscarla para recuperarla. Se puso de pie con toda la facultad del mundo debido al peso extra que cargaba y bajó lo más rápido que sus piernas se lo permitieron. Su sorpresa fue ver a Mefistófeles, discutiendo ni más ni menos con Fausto, aquel ser asqueroso que inició todo ese caos.
Transpirando testosterona estaban los dos machos en una acalorada discusión por la chica en cuestión y fue hasta que Lenar ató cabos y comprendió que la rivalidad que se estaban demostrando no era tanto por ella, era por el incumplimiento de un trato que tenían y que por supuesto Lenar era el punto de discordia. Su pelea no era por su amor, deseo o lo que fuera, era solo por negocios... Eran dos hombres tratando de demostrar quién era mejor y quién estaba equivocado. La chica se sintió como un objeto y si no hubiera sido por su enorme barriga habría salido corriendo de ahí.
Cuando Mefistófeles notó su presencia, detuvo de inmediato la discusión y debatió internamente algunos segundos ante lo que estaba sintiendo por aquella humana, se suponía que de ella solo deseaba su alma, pero antes de preñarla sintió algo que nunca le había sucedido, despertó en él un sentimiento que le era ajeno y por esa razón hizo lo inimaginable con ella... La amó como un simple hombre que daría la vida por ella, por su Lenar y por esa razón dejó su semilla en su interior, Fausto más molesto por lo que estaba viendo tomó un cuchillo, sin embargo no pudo dar ni dos pasos cuando Mefistófeles reveló su verdadera apariencia y lo devoró frente a unos ojos aterrados que rompió fuente en ese momento y un gran alarido rompió el silencio que prevalecía.
Pizza
Amor Prohibido
(quinta parte)
Lenar por más intentos que hizo para recordar todos los últimos acontecimientos, del cómo es que llegó al hospital a los pocos segundos que rompió fuente y ya con su pequeño en brazos o cuando fue dada de alta, o cuando fueron por ella para sacarla de ese lugar, es que no recuerda nada, aunque tomando en cuenta cómo el tiempo ha transcurrido con ella, ya no se sorprendió ver qué habían transcurrido casi tres meses desde la última fecha que había visto y es como si todo este tiempo se hubiera evaporado, desaparecido también.
Por pláticas con la señora que trabaja en su hogar, supo que los médicos por la cantidad de sangre que había perdido y que tenía un poco de anemia, los detuvieron siete días para estar bajo supervisión médica solo de manera preventiva, ya que ambos estaban sanos, que cuando recibieron el alta, el pánico que la invadió ya que no tenía idea de cómo pagaría las facturas y a dónde iría saliendo de ahí, debido que no llevaba ni tenía efectivo y en ese momento y que estaba sola, un hombre que no conocía la esperaba, diciéndole que ya estaba liquidada la cuenta y que los llevaría a casa, él también trabajaba para ella.
Lenar en ese momento no necesitó hacer pregunta alguna, ya conocía la respuesta que le daría, por culpa de él... De ellos su vida había cambiado radicalmente y si Mefistófeles, al que por cierto ahora tenía sentimientos encontrados por él, le tenía miedo aunque al mismo tiempo sentía algo muy fuerte, que le dolía su ausencia. Lo único que recuerda es que en el camino vio un local y pidió hacer una parada.
Había decidido que si su nueva vida comenzaba, la iniciarla cómo comenzó todo, ordenando pizza, eso es lo único que recordaba de aquellos tres meses.
Mefistófeles
Amor Prohibido
(sexta parte)
Y ahí estaba, aún no comprendía esos sentimientos que sentía.
Se supone que él era un tipo rudo, sin sentimientos, un ser oscuro que solo pisaba la tierra para hacer su trabajo y cuando solo tenía que reclamar su alma, cómo el pago que se le debía, que tenía nombre y era Lenar.
Mefistófeles estaba ahí, de pie frente a su casa, cómo un perro guardián, velando su sueño, sabe que en cualquier momento uno de sus hermanos aparecerá haciendo el trabajo que él no pudo realizar, aparte que había hecho algo desdeñable al concebir un hijo con una humana y querrán llevarse a su vástago con ellos para criarlo en su mundo, pero él no lo permitiría, el amor de su vida y su hijo no deben sufrir por su causa y no permitirá que les toquen ni siquiera un cabello.
Mefistófeles, se había enamorado de una simple humana que lo ha rechazado y le teme, él es un demonio y no debería sentir esos sentimientos, y aún así no es capaz de hacerles daño y está dispuesto a dar su vida para defenderlos, aunque jamás puedan estar juntos.
Qué les parecieron???
Les gustó la historia???
Ya sé que este mes de noviembre ando desaparecida por aquí y en todas partes, pero pronto me pondré al día que debo un par de reseñas y algunas recopilaciones de los retos, así que pronto espero regresar a la normalidad.
Gracias por leerme y nos leemos pronto!!!
¡Hola! ¡Qué buen relato, me encantó! Es muy original, me mantuvo intrigada toda la historia por saber qué pasaría. ¡Besos!
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