viernes, 19 de junio de 2020

(Recopilación) #YoEscriboMayoBFD / Regalo by varias Autoras

Yo Escribo Mayo

Regalo


Ale Peña, Freya Asgard, Maria Elena Rangel, Laura Serrano, Evelyn Cuellar, Daniela Masen, Ana Monsalve, Marifer Jorquera

Hello, Hello!!!


Se nos ha ido mayo, pero las talentosas autoras que están participando en este reto de escritura, como siempre se han lucido con sus relatos y vaya, vaya con lo que han escrito.

Este mes tenemos una nueva escritora, y como ya se sabía, habría autoras que no las veríamos todos los meses, y otra autora después de unas ausencias, regresó…


Son 8 relatos y tan diferentes que difícil será escoger su favorito.












Ale Peña

Hoy desperté con la soledad como compañera, cerré los ojos e imaginé que me trasladaba a ese lugar que me enseñaste a amar.
Pero todo era tan distinto, porque incluso en mi imaginación, la realidad me golpeó, y no estabas tú.
Las olas golpeteando reclamaban tu presencia, al igual que las lágrimas que caen por mi rostro al saber que no volverás.
El sol en todo su apogeo, no era lo suficientemente fuerte como para calentar, el frío que quedó en nuestro corazón con tu partida.
Aun con la certeza de que el dolor pasará, todavía hiere demasiado tu ausencia, siendo honesta, no sé si me acostumbraré a qué no estés aquí.
Sin embargo, verte en sueños es un pequeño regalo, que reconforta el alma.







Freya Asgard

Regalo

Violeta esperaba ansiosa su cumpleaños, su esposo le había prometido un regalo muy especial. Hacía treinta años los había presentado un amigo en común en la fiesta de quince de ella. Tres años más tarde, cuando ella cumplió la mayoría de edad, se casaron en una íntima ceremonia.
Se arregló con su vestido más lindo y se maquilló con esmero. Cuando llegó él del trabajo, la contempló con ojos brillantes, enamorados.
―Te ves hermosa ―susurró.
―Gracias.
―No sabes lo afortunado que me he sentido todos estos años por tener a una mujer como tú a mi lado
―Y yo de tener un esposo como tú.
Se acercó, la abrazó y la besó, todo con mucho cuidado para no desarmar su atuendo, no quería provocar una hecatombe justo antes de la celebración.
―Vamos, porque si no, no me voy a querer mover de aquí.
El hombre llevó a su mujer de la mano y la condujo hasta el automóvil que los esperaba.
―¿A dónde me vas a llevar?
―Es sorpresa.
El restaurant al que llegaron era muy lujoso. Demasiado para el gusto de ella y así se lo hizo saber.
―Vamos, esto se celebra una vez en la vida. Treinta años juntos no se cumplen todos los días, más, tomando en consideración que te sigo amando como el primer día.
Ella solo sonrió.
―Además, nunca habíamos venido a un lugar así, una vez no nos hará daño.
―Sí, tienes razón.
El anfitrión los recibió con una agradable sonrisa.
―El señor y la señora Torres, ¿verdad?
―Sí, estamos aquí para celebrar su cumpleaños y nuestro trigésimo aniversario de conocernos ―explicó el esposo.
―Vaya, que sorpresa, llevan mucho tiempo juntos, muchas felicidades. Pasen por acá, por favor.
La mesa se encontraba en un privado, adornado con mucha elegancia, una botella de champaña, unas flores y unos globos dorados. La comida no quedó atrás.
―Estuvo maravilloso, gracias.
―Aún falta la parte más importante de tu cumpleaños: tu regalo.
―Creí que este era mi regalo.
―No, esta fue una cena especial por tu cumpleaños, pero no tu regalo.
El marido tomó la mano de su mujer y luego de darle un casto beso en el dorso, la guio hasta la salida donde ya los esperaba su automóvil.
―Te voy a cubrir los ojos, ahora no quiero que veas a dónde vamos.
El chofer condujo hasta el mirador de un cerro a las afueras de la ciudad.
―¿Qué pasa, Raúl? ¿Dónde estamos?
―Nada, amor, no te preocupes.
―¿Puedo ver?
―Todavía no.
La hizo bajar y caminó con ella hasta otro automóvil, la hizo subir al asiento del acompañante y le colocó el cinturón de seguridad.
―Ahora puedes sacarte la venda de los ojos.
La mujer obedeció y se vio dentro de un auto con Sergio, su instructor de yoga, al volante, que tenía una mordaza.
―¿Qué significa esto?
―Tu regalo, pensé que querrías pasar tu cumpleaños también con tu amante.
―¿Qué? Pero... Pero...
―¿Lo vas a negar?
―Perdóname, Raúl, yo no quería...
―¿No querías? Pues no se notaba cuando entrabas al motel “Ensueño” con él.
―¿Qué me vas a hacer?
―¿Yo? Nada. Te dejo libre, amor, vete con él. Ya no quiero volver a verte.
―¿Qué?
Raúl no contestó, simplemente volvió a su automóvil. Rato después, entró a su casa, se soltó la corbata, tomó una botella de vino y bebió un largo sorbo, a ese le siguió otro y otro y otro hasta terminarse la botella y dormirse en el piso.
Lo despertaron unos golpes en la puerta.
―¿Sí? ―preguntó a la pareja de policías que estaban ante él.
―¿Señor Raúl Torres? ―El hombre asintió―. Le tenemos malas noticias. Su esposa... Su esposa fue hallada muerta... Ella iba con un hombre en un vehículo que se desbarrancó, suponemos por el efecto de alcohol y drogas encontradas en el automóvil.
El hombre se deslizó hasta el suelo con su espalda apoyada en la puerta y lloró por su amor que había muerto el día en que descubrió que le era infiel.







María Elena Rangel

El Medallón

Era mi cumpleaños número veinte, abrí mis regalos encantada como si fuera una chiquilla; entre los presentes había uno, en una caja pequeña, que ninguno de los que se encontraban allí reconocieron. Quité el lazo y rasgué la envoltura, al abrirla me encontré con un hermoso medallón antiguo. Tenía al reverso una inscripción, la leí y de inmediato todo a mi alrededor comenzó a dar vueltas; al detenerse me encontré en una época pasada. Me vi a mí misma, pero al mismo tiempo no parecía yo. En esa época mi clon era un ser malvado, una bruja infame que sembraba el terror en la región con sus nefastos hechizos y rituales. No tenía corazón, ni remordimientos; no le tembló la mano cuando mató a su amante al creer que este la había traicionado.
Vi como fue capturada y sentenciada a la horca, donde al final perdió la vida; sus últimas palabras fueron: “regresaré para vengarme”. Con el corazón agitado por el miedo leí de nuevo la inscripción para regresar a mi época, a mi hogar.
Aún estaba aturdida cuando mi novio se acercó a mí.
―Parece que viste un fantasma ―expresó.
―Te aseguro que fue peor que eso ―afirmé.
Él se acercó, me dio un beso apasionado, y antes de clavar un puñal en mi corazón dijo:
―Lo siento, mi amor, no puedo permitir que cumplas tu amenaza







Laura Serrano

Entre las rocas

María estaba convencida de haber visto algo entre las rocas, pero ni Diana ni Mariela le creían una palabra, así que tomó sus cosas y caminó de vuelta al auto en silencio. Varadas en medio de la carretera "Valdéz", las tres chicas esperaron a que llegara el remolque para devolverlas a su hogar, la ciudad.

El celular de Mariela timbró con una melodía que encendió la energía en sus amigas. "Así como siempre fuiste..." Cantaron ambas al unísono.

"Silencio!" Las reprendió Mariela.

Las dos chicas bajaron del auto para darle privacidad a su amiga mientras atendía su llamada. Caminaron juntas hasta el bordillo con vista al acantilado en donde, tan solo minutos antes, María había visto a una criatura pasearse por las rocas a unos metros de distancia de ellas.

Mariela salió del auto tras colgar el teléfono para reunirse con sus amigas, pero no las encontró por ninguna parte. La chica miró en todas direcciones y al final se fijó en un punto brillante al borde de la carretera.

Al tomarlo, sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, era una moneda de plata que, aunque parecía muy antigua, brillaba como nueva. Bajo la moneda había una nota escrita en un pedazo de tela:

"Acepta este regalo a cambio de los dos que tú me has dado."







Evelyn Cuellar (Felin)

Ilusión

Andrea acaba de salir de consulta con su médico, con una gran sonrisa en los labios, ella tenía un retraso de varias semanas pero no había querido compartirlo con Mateo hasta estar segura ya que han tenido tantas decepciones por años cuando el test salía negativo, que no quería desilusionarlo una vez más, pero ahora sí podía celebrarlo, realmente sin que ella se hubiera percatado, le confirmaron un embarazo de 12 semanas, por lo que ya era viable que pudiera llegar a término.

Después de tanta espera, la vida le sonría y por fin le daba el mejor regalo que podía recibir en su vida, uno muy anhelado que parecía casi negado, ya que lo buscaron por casi diez años.

Mientras esperaba que el semáforo cambiara de color, y poder atravesar la avenida, sacó el móvil para llamar a su madre y contarle la noticia que sería por fin abuela.

Ajena a lo que sucedía a su alrededor, fue tarde cuando vio que hacía ella iba un automóvil.

Los peritajes que hicieron después revelaron que el automóvil se quedó sin frenos y una llanta se reventó, haciendo que perdiera el control y que el conductor poco pudiera hacer para evitar el impacto.

La consternación fue mayor para todos aquellos que al día siguiente leyeron la nota en el periódico: Mujer embarazada pierde al instante la vida atropellada por un automóvil fuera de control, el conductor también falleció en el lugar. Los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por el matrimonio Cáceres. 







Daniela Masen

Verlo ahí, tan fuerte, tan bien vestido, con esa pequeña pero al fin y al cabo sonrisa, ya de por sí era un regalo.

Siempre me gustó su porte, esa elegancia que no cualquier hombre posee, desde lo ancho de sus hombros, hasta el brillo en sus zapatos… Lástima que todo para él siempre se resumió a una sola cosa: trabajo. Una taza de café como desayuno, otra como comida y por último una como cena, uno pensaría que con tanto trabajo era común que se te olvidara comer.
Me la pasaba recordándoselo, se lo dije cuando presentaba constantes dolores de cabeza, se lo dije cuando le daban náuseas de la nada, se lo repetí cuando al levantarse del escritorio se mareaba. No que le importara, se consideraba una máquina.
Con el tiempo, ni aunque quisiera podía meter algo de alimento a su estómago, y ahora aquí estamos, yo disfrutando de su porte, ese con el que eligió aparecerse hace poco menos de dos meses, y él por su parte, paseando de una oficina a otra, incluso muerto, siempre buscando algo que hacer.







Ana Monsalve

Regalo

Estoy sentada en mi cama, pensando en lo que hoy tengo que hacer con una sonrisa en el rostro, cuando los recuerdos de ese día invaden mi mente.

Parada frente a la ventana, observo como las hojas amarillas de los árboles caen producto del viento, una lágrima recorre mi mejilla, mientras mi mente trae una y otra vez la imagen de lo que descubrí la noche anterior, mi corazón se rompió en mil pedazos con solo verlo a él junto a su amante, meses riéndose en mi cara, diciéndome el amor de su vida, recuerdos bonitos llenos de amor se fueron a la mierda en 3 segundos solo con girar la manija de la puerta.

Ahora él está arriba recogiendo sus cosas, mientras yo estoy encerrada en el despacho recordando una vida que en su momento creía era feliz.

El silencio invade el lugar que hasta ese momento fue mi hogar, hasta que oigo el ruido de sus pasos bajando las escaleras, como golpea y abre la puerta del lugar en donde estoy, me giro con mis brazos envueltos alrededor de mi cuerpo, protegiendome, nos miramos, se que quiere decirme muchas cosas, pero estoy tan dañada que solo soy capaz de mirarlo.

-Por favor vete no quiero que vuelvas, so-solo sabrás de mi por mi abogado- logro decir con la voz rota.
Veo como el baja su mirada, pero luego vuelve a mirarme.
-Adiós, siento lo que hice - dice y creo atisbar arrepentimiento en sus ojos, cierra la puerta y se lleva consigo todo ese amor que un día le tuve.

Vuelvo al presente porque siento esas pataditas en mi vientre, el mejor regalo que me dejó ese amor que un día viví, hoy siento un amor nuevo, incondicional por alguien que ni siquiera está en mis brazo, pero ya se robó mi corazón, el que poco que poco se ha ido reparando.

He pensado si decírselo o no, pero quiero ser egoísta y disfrutar yo sola de mi hija.







Marifer Jorquera

No fue casualidad, fue un regalo de la vida para mí, un sueño cumplido, dos años de espera por aquel regalo de la vida.
Una manta celeste, un auto de juguete, unos zapatos pequeños…
Lo esperé, lo deseé y no llegaba.
Me quedé sola en la espera, no quisieron compartir conmigo esta experiencia, sin embargo, no quise dejar que eso entorpeciera mis sueños.
Después de dos años, aquel príncipe llegó a mi vida como ese presente soñado, por fin.
Un niño de tres años que desde hoy acompañará mi vida para siempre. Un hijo de mi corazón.








Que les parecieron???

Cual les ha gustado más???

Ya sé, ya sé, el lado oscuro me está haciendo ojitos (jajaja)

Y bueno, ya saben, en un mes más o menos veremos qué Calor nos ha dejado Junio con sus relatos.

besitos!!!


1 comentario:

  1. Wau! Están más tétricos de lo que esperaba. Están buenos la verdad.
    Mi favorito: El medallón!

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