lunes, 31 de julio de 2017

(Reseña) Con El Corazón de Eva by María González Pineda

Con el Corazón de Eva



María González Pineda
 

Con tan solo 17 años, un trágico accidente acabara con la vida de Eva, sumiendo a Ana, su madre, en la más absoluta desesperación.

Cuando todo su mundo parece derrumbarse ante ella, tendrá que tomar una difícil decisión: donar o no los órganos de su hija, sin ser consciente que ese acto podría cambiar el resto de su vida, para siempre, haciendo que la esperanza vuelva a renacer y recuperando a una persona de su pasado que jamás pudo olvidar.


Cuando estaba a punto de terminar de leer esta novela, hubo un instante en que me cuestioné si era tan insensible, un ser tan frío que no siente nada, como estaba pensándolo, debido a que esta lectura fue parte de una LC del grupo La Caja de Libros y donde se creó un chat con la autora para ir platicando un poco la experiencia que íbamos teniendo con la lectura y diré que si éramos 15 personas (desconozco el número real),  que leyendo la conversación de días, solo una chica opinaba lo mismo que yo y todas las demás sin excepción decían que era una novela muy emotiva, que despertaba muchas emociones y que incluso habían llorado, y yo con cara de really??? dónde??? que esa parte debí saltármela (sí, lo siento), porque hasta cierto punto yo sentí la historia tan superficial, tan ajena y hasta cierto punto fría, que no despertó nada en mí.

Creo que es de aplaudir que la autora se atrevió a hablar (intentar) un tema tan difícil, duro, que incluso creo que aún es muy tabú en muchos países y nula casi la información sobre el tema de donación de órganos y que es dejado el tema de lado y no lo usan a pesar que emotivamente pueden irse por el lado sentimental y hacer unos dramones para moquear a gusto tocando fibras sensibles en el lector… y sip de alguna manera yo era lo que estaba esperando encontrarme aquí un dramonón estilo (y muy superior) a programas del estilo Mujer Casos de la Vida Real, o La Virgen de Guadalupe, etc. y tantos programas que basados en “hechos reales” o no que explotan estos temas para llegar a “sensibilizar” a los televidentes… no diré que de manera barata, es decir, con ese propósito de que algo “tan duro, difícil” lleguen al corazón de una manera fácil al usar temas fuertes… pero sí diré que de manera mañosa los trabajan de esa manera. Pero el encontrarme una historia tan perfecta, tan rosa es que no me la termino de tragar y me fue imposible conectar con la novela de María González en general, y ya ni hablar con algún personaje o con alguna sub-historia (ya que tenemos varias).

Para empezar, aunque creo que el prólogo es un acierto al tratar de introducirnos en el tema, fue un error asumir que los lectores somos de España, ya que se enfoca en ellos dejando a un lado a los demás países, así que hablar de esos números para mi son inútiles, cuando quizá lo adecuado era intentar generalizar el tema internacionalmente, no lo sé, datos generalizados serían una mejor opción… y que el médico que lo escribe al final le dé cebollazos (que diga algo así que es la mejor autora del mundo mundial y, etc y hablar de su gran trabajo, bondad, creo que está fuera de lugar) a la autora, tampoco se me hace correcto, ya que deben permitir que el propio lector llegue a esto sin que alguien ya esté predisponiendo al lector antes de iniciar la lectura. Quizá esto ya suene muy exagerado, pero yo lo veo así.

Probablemente usar tercera voz, y en la narración preferir adornar las situaciones al usar hasta algunas palabras rimbombantes para mí hacen que la lectura se haga ajena y distante por lo menos en mi caso es que me aleja de las situaciones y/o personajes que a mi juicio carece de descripciones dejándonos algo muy superficial y ya que tenemos varias sub-historias (de manera muy rápida y muy general nos cuenta la historia de su enfermedad y como son llamados al hospital para el trasplante) tenemos muuuuchos personajes, pero realmente no sabemos gran cosa de ellos, no podemos acercarnos sus historias… incluso de Eva que es nuestra “prota” (que de alguna manera debería serlo, aunque en realidad es su madre y tampoco lo es pensándolo bien… repito hay demasiados personajes y cada uno tiene cierta importancia), es que para mí no hay un personaje suficientemente fuerte como para apoyar el peso de la historia y de ahí movernos a las otras historias, pero no lo hay como tal… se podría decir que Eva (si hubiera flasback de ella), ya que es el punto central de la historia y que debido a ella se unen tantas vidas, pero ¿qué es lo que sabemos de ella? Es que en realidad nada… y así me puedo seguir con todos los personajes… y principalmente este mi mayor pero, casi no poder conocer a los personajes.

Siento que es de esas historias que quieren abarcar mucho y de cierta manera se queda corta, es decir corre para poder contarnos todo y no logra profundizar como debería (esa es la impresión que me queda a mi).

Sobre cómo se llevan los trasplantes y eso, es que no me pienso meter, aunque tengo dudas y si hay que culpar un poco de esto es debido a Dr House, E.R. y Grey Anatomy (seres de televisión) y digo tampoco es que quiero una historia con términos médicos y toda esa onda, pero si más real y palpable, porque eso que después ya están como si nada y que nadie tuvo rechazos o complicaciones, pues bueno…

Una de las cosas que me gustaron de la historia aunque puede ser muy cliché, es como los trasplantes les dan una nueva vida, segundas oportunidades, los romances que se dan después de conocerse y sobre todo con Ana (que a la vez debió ser la más dolorosa). Pero a la vez es una de las cosas que más crítico es que todo es perfecto y tan rosa, tan empalagosa que se hace poco creíble en realidad…

Pero como bien me dijo Iratxe: "quienes somos para romper las ilusiones de la autora???" No era una novela para mí, esperaba algo muy diferente que una historia demasiado rosa, demasiado perfecta…






María González Pineda

María González Pineda nació en Badolatosa, provincia de Sevilla, el nueve de agosto de 1955. Comenzó a trabajar a muy temprana edad. En su juventud emigró a Barcelona. Se casó y se fue con su marido a Suiza, allí nació su única hija. Luego, en 1992 retornó a España y se instaló en Coín (Málaga). Después de su regreso trabajó 6 años más. En 1998 se fue a vivir al campo con su marido, entre la monotonía y la serenidad de este lugar una gran tristeza y soledad la invadió, entonces descubrió la escritura y encontró la motivación para huir de la soledad y de la tristeza que pronto desaparecieron entre las letras.




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