Hola!!!
Bienvenidos al Día 0 del especial #HalloweenBooksFD 2016
Y bueno después de que
septiembre fue un mes un poco denso (y abrumador) para mí y el blog, al final
debido a que muchos aman esta fecha (entre ellas yo), decidí hacer un mini
especial para Halloween y Día de Muertos, que tendrá —aparte de hoy que es el
día 0— 13 días donde por lógica habrá una entrada ya sea con una reseña, un
booktag, un top (Polvo de Estrellas) de series y/o películas, y recomendaciones
(L@s Ocho) de novelas —libros y pelis, y alguna Calaverita o relato corto —escritas
por mi— (Cuenta Cuentos)... así que como verán trataré de darle un poco variación a las publicaciones para que tengan opciones de lecturas o puedan ver algo para estos días.
La idea es que a partir de hoy 20 de octubre hasta el 2 de noviembre me acompañen, comenten y compartan conmigo su pasión -amor- por estas fechas y porque no? hasta sus miedos, en verdad espero que todo lo que hago en BooksFD sea de su agrado y estén conmigo estos días.
Así que para empezar a
calentar motores y solo para picar su curiosidad con este especial, al final solo iba a editar un relato que ya tengo escrito hace unos años y solo quería pulirlo un poco ya que no lo había compartido aquí (no recuerdo si en HistoriasFD está o no, pero en mi facebook lo pueden leer si gustan se llama Teléfono, pero solo tomé la linea uno y mi cabeza y manos se fueron por una historia completamente diferente (lo único igual es el nombre de mi prota), jugando entre nombres de los demás personajes es que Mariana, Viridiana y Annie terminaron saliendo en esta pequeña historia... bueno, ni tan pequeña.
Ya me dirán que les ha parecido...
Así que en este Día 0 tenemos a:
Visitante
By Felin
Leevan desde pequeña
fue una niña demasiado consentida, caprichosa y voluntariosa. Sus padres
siempre se desvivieron a cumplir cada deseo de ella —incluso aquellos que aún
no tenían voz. El haber perdido dos embarazos y un pequeño de tan solo 2 años —debido
a una enfermedad congénita en la sangre—, decidieron que era más doloroso
seguir intentándolo y se dedicaron al 100% a ella, esa pequeña niña que era la
luz de sus días, pero cuando se dieron cuenta que habían creado un pequeño
demonio que no podían controlar ya, era demasiado tarde y ellos estaban bajo —como
ellos mismo lo decían— el hechizo de ese ángel con ojos color aceituna —que
dependiendo del humor que tuviera tenía diferentes tonalidades que iban desde
un dorado casi gris a un verde intenso casi como la esmeralda, o un castaño con
visos oscuros que le daban una mirada penetrante. Sí, ellos habían echado a
perder a ese pequeño ángel que con solo hacer un gesto o dar una mirada obtenía
absolutamente todo lo que deseaba.
Ahora ella tiene
quince años, a punto de cumplir el 2 de noviembre sus dieciséis y como era
lógico toda la casa —y sus habitantes— estaban enfocados en la planeación para
el festejo, han pasado casi cinco meses y el cansancio acumulado se notaba ya
en los rostros de sus padres y los empleados del hogar —y algunos de la oficina
de ambos padres— pero el tiempo ya está encima de ellos y no pueden —ni deben—
tomar un descanso si es que una vez más desean demostrarle a Leevan que ella es
el centro de sus vidas.
Su comportamiento
elitista en su colegio estaba fuera de control y el bullying que hacía a los
menos favorecidos —los becados— poco es
decir que era más marcado. Y su víctima favorita, una chica de su curso que
desde hace días no ha acudido al colegio —la cual por supuesto es becada y vive
con sus abuelos que al tener ciertos rasgos indígenas eran mal vistos y los más
grandes para asustar a los pequeños contaban historias donde las palabras:
brujos, mano peluda, fantasmas y hasta duendes, y algunas barbaridades más
estaban presente debido a que ella, Mariana, cargaba a todas partes una muñeca
artesanal con un vestido blanco, que era de su madre fallecida o eso era lo que
contaban en algunas de sus historias, las cuales decían en pocas palabras que
sus abuelos habían atrapado el alma de su hija ahí y su nieta a todas partes
andaba así con su madre. Al no estar ella, las burlas de Leevan y sus amigas estaban
en todas partes sin importar nada ni nadie.
Estas últimas semanas,
todo fue pasando sin novedades —a excepción de la ausencia de esa chica en el colegio.
Todo en casa de Leevan iba según lo planeado, hasta la noche anterior a la gran
fiesta.
Llovió en la ciudad
por horas, con tal fuerza y cantidad que era lógico que hubo inundaciones y se
fuera la energía eléctrica en la mayoría de la ciudad… eso pasaba en todas
partes, menos en la zona residencial donde sería la fiesta, faltaban casi 20
hrs y los habitantes en el num 28 solo corrían para proteger el jardín, la
piscina y algunas cosas que ya tenían preparadas en el lugar.
Leevan estaba
sonriendo mientras observaba correr a esas pequeñas hormiguitas cargando
sillas, mesas y más cosas fuera de su ventana hasta que se fue la luz y todo
quedó en una negrura que ella nunca había visto.
No era de las personas
que creen en los cuentos, ni en las supersticiones, pero cuando escuchó fuera
de su habitación como un gruñido y que algo como una lámpara cerca de ella se cayó
al piso despedazándose en pequeños fragmentos, dio un pequeño respingo conteniendo
la respiración —y un chillido—, mientras se acercaba lentamente a la puerta de
su habitación.
—¡¿Hola?! —pregunta en
un susurro poco audible y ve que la perilla comienza a moverse por una fracción
de segundo deteniéndose al tiempo que la puerta tiembla un poco.
—¿Me invitas a entrar?
—una voz que era más como un lamento de un animal herido, ligeramente ronco le
habla.
—¡Esto no es nada
gracioso! —trata de decir lo más tranquila que puede pero su voz la traiciona
saliendo temblorosa al igual que sus manos que a tientas buscan sobre el
escritorio su móvil.
La puerta tiembla
nuevamente y escucha como arañazos detrás de ella.
«Son mis nervios»
repite mentalmente y la puerta vuelva a temblar casi al tiempo que un pájaro —quizá
una paloma— se estrella contra su ventana causando un gran sonido.
—Pero, ¿qué demonios?
—dice sorprendida, por la hora y la lluvia no es normal que estuviera en ave
volando alrededor de su casa—, esto no es gracioso —dijo con más seguridad—, mi
padre…
—¡Buuuu! —grita Annie
al tiempo que abre la puerta de golpe soltando una carcajada al segundo
siguiente, pero al ver la cara de su amiga (no sabe si está asustada o está
molesta), decide callarse inmediatamente— Te dije Viry, que esto no le
agradaría nada y…
—¡Son unas idiotas Annie
y Viridiana! —les grita al tiempo que les lanza un libro que tenía en la mano
ya que fue lo único que encontró en el escritorio.
—No te enojes Leevan,
nosotros no tenemos la culpa que el fantasma de la pequeña Mariana, ande suelto
hoy en su día… por si no recuerdas, como cada año venimos a la pijamada antes
de tu cumple para contar historias y…
—Es cierto… solo que
entre la lluvia y… —dice aun temblando pero tratando de disimular— es que
escuché algunas cosas extrañas y…
—¿Así que ahora vas a
resultar que si crees en todo eso? —Viry le dice cuando salta a la cama y le lanza un cojín tratando de
calcular donde está Leevan debido a la poca luz que hay en la habitación y que
todavía no se acostumbra a la oscuridad, pero en lugar de dar en el blanco
parece que golpeó el librero y varias cosas cayeron en el suelo.
De nuevo se escucha un
golpe fuerte en la ventana, estrellando el cristal y dejando una marca de
sangre a la mitad de este, que pudieron ver debido que el cielo se iluminó en
ese instante por un rayo que rompió el cielo.
—Les dije que estaban
pasando cosas extrañas… supongo que es a causa de esta lluvia.
—Eso no es normal,
pero ¿qué ha sido? —Annie está junto a la ventana y en alfeizar alcanza a ver a
dos palomas negras muertas ahí.
—No sé si debemos…
—Viridiana dice con la voz nerviosa.
—¿Ahora, la cobarde
eres tú? —Leevan dice con una risa nerviosa ocultando su propio miedo.
—Hay que ir a buscar
algunas lámparas o velas si es que queremos…
Pero como si esas
hubieran sido las palabras magias la luz regresó en ese momento y dejó de
llover. Por lo cual su pre-fiesta la pudieron realizar sin ningún
inconveniente. Annie y Viry bajaron rápidamente a la cocina para tomar algunos
bocadillos que ya estaban preparados para la ocasión —gracias a la madre de
Leevan— y unas botellas de vino, la noche sería larga y Leevan aprovechó para
arreglarse un poco, odiaba verse mal y aunque solo estuvieran sus amigas debía
verse perfecta, como lo era ella y su vida.
La noche era hermosa,
llena de estrellas y una espectacular luna que tenía un halo de luz naranja,
era el escenario perfecto para una noche de chicas e historias de miedo, y no
fue hasta cerca de las 5 am que las historias, la bebida, los bocadillos se
acabaron y las tres chicas se quedaron dormidas en el suelo lleno de mantas y
cojines.
Fue una noche perfecta
y el silencio de la casa, los sonidos propios del exterior y alguno extraño —como
rasguños, cosas arrastrándose y cosas cayéndose y rompiéndose, algo que suponían
era debido a que los empleados seguían trabajando para terminar de preparar las
cosas para el día siguiente— pero todo eso les ayudo a que las historias que se
iban contado tuvieran ese aire de misterio y magia y tener una noche llena de
gritos ahogados entre la manos y carcajadas a todo pulmón de las tres.
La fiesta del día
siguiente fue lo que todo mundo esperaba y más, —menos Leevan que siempre queda
inconforme—, sería de esas fiestas que todo mundo hablaría y recordaría por
mucho tiempo, sobre todo porque ¿quién puede presumir que estuvo en un
concierto privado para 300 personas de Marroon 5 o que habían recibido un dije
de platino y pequeños diamantes —un recuerdo que recibieron todos los invitados—
o que el mismísimo Gordon Ramsay estuvo a cargo del menú?
Pero Leevan no pudo
disfrutarlo como en otras ocasiones. En todo momento sintió que alguien la
observaba de lejos poniéndole la piel de gallina, sintiendo ese escalofrío que
le recorre la columna vertebral o que en algunas ocasiones sentía como si
alguien completamente helado le tomara la mano o alguien le susurrara palabras incomprensibles
al oído. Y no solo esto le sucedió a ella, Viry y Annie sintieron exactamente
lo mismo.
Aunque trataron de
ignorarlo, una semana después seguían teniendo esa sensación de que no estaban
solas en ningún momento, pero el día que Mariana regresó al colegio —una semana
más tarde—, cada una de las chicas todas nerviosas —y enojadas— creían que las
bromas que les estaban haciendo se habían pasado un poco ya que cuando
despertaron estaban abrazadas a una muñeca artesanal que se parecían a ellas, y
usaban un vestido blanco… eran muy parecidas a la muñeca que Mariana traía con
ella siempre. Cuando las tres chicas lo hablaron por WhatsApp decidieron llevarlas al colegio y
ver las reacciones de sus compañeros y ver quién era el responsable, pero al
ver a Mariana tan diferente (físicamente, incluso se veía con más seguridad) y
con una sonrisa pintada en los labios cuando las vio, ellas sin dudar fueron
para enfrentarla y reclamarle lo que estaba haciendo con ellas.
Leevan, Viry y Annie
se veían demacradas, como si la chispa de la vida se les escapara a cada
segundo. Mariana les dijo que no sabía de qué estaban hablando, que había ido
al pueblo porque su abuela había enfermado y fallecido, casi al mismo tiempo
que ella había enfermado gravemente, que había regresado el día anterior solo para
poder presentar algunos exámenes y poder terminar el bachillerato.
—¿Y tú muñeca? —no se
quiso quedar con la duda Annie, al ver que no la llevaba como siempre.
—Se le llevó mi abuela
—dijo Mariana mientras un brillo extraño iluminaba su mirada. Y da media vuelta
para dirigirse a la oficina de su asesor.
—No le creo nada de
lo… —Viry le susurraba a sus amigas cuando Mariana se detuvo a mitad del
pasillo y voltea a verlas.
—Extrañaré a mi abuela…
a mi madre, pero antes de irse me dio el mejor regalo del mundo —voltea para
continuar su camino— en realidad, fueron tres regalos, lo que me recuerda
—señala con la mano detrás de ella— deberían tener más cuidado con ellas, no
querrán que les pase nada.
Los meses siguientes
todo cambió en el colegio.
Leevan, Viridiana y
Annie, dejaron de molestar a sus compañeros, se veían demacradas y sin ánimo de
hacer alguna cosa. Todos en realidad fuera de ellas, eran felices. Cuando se
graduaron dejaron de verse poco a poco hasta que perdieron contacto.
Mariana se graduó en
letras unos años después, y un día se enteró que Viridiana hace un par de años se
fue de vacaciones a Haití y jamás regresó. Annie había caído en las drogas,
abandonó la universidad y había intentado suicidarse —cosa que no consiguió— y
desde hace un año, su rommie en la casa de reposo —por no decir hospital
psiquiátrico— es Leevan que empezó a perder la razón ya que veía cosas extrañas
en su casa o cualquier lugar a todas horas y cuando les dijo a sus padres que
ya no quería que dejaran pasar a su amiguita todos los días porque estaba
cansada de jugar a las muñecas todas las noches, sin más remedio la ingresaron
ahí y han pasado casi 4 años, ella no ha mejorado nada y ahora ese su hogar,
donde ya nadie le cumple sus caprichos.
Mariana se mudó hace
un par de años, se ha enamorado y está en planes de boda. Han pasado ya diez
años desde que «regaló» tres muñecas, normalmente el efecto dura más tiempo,
quien la viera no creería que está por cumplir 400 años aunque se vea de 25,
pero el bebé consume mucha vida y eso que solo tiene 3 meses de embarazo,
necesita más almas que le den vida y juventud, calcula que necesitará unas 5
almas más, para que pueda vivir y convertirse en una anciana como su madre —esa
que todo mundo creyó que era su abuela— y ese será el momento en que encerrará
su alma en una muñeca que le dará a su hija, esperando que la muerte por fin la
alcance. Esto su familia lo ha hecho por generaciones y ella no romperá la
tradición, además cree que ya ha vivido muchas vidas y quiere alcanzar a su
madre, porque la extraña mucho… además se ha cansado ya de jugar a las muñecas
con Leevan, Viridiana y Annie.
Muy loco mi relato???
Muy malo??? (espero
que no)
No soy profesional ni
aspiro hacerlo, simplemente es otra de mis pasiones escribir historias cortas y
dejar que ellos (mis personajes) me cuenten su historia un mundo que quizá
conozca (o no) pero es donde viven ellos… espero que lo hayan disfrutado y con
este día 0 comienza el #HalloweenBooksFD y mañana comenzamos con un top de
pelis y series, ojala se animen a estar conmigo estos días.
Un beso!!!
Por cierto, se me
olvidaba, les recuerdo que después de algunas cosas (y que se atrasó un poco),
está ya listo el primer sorteo del blog en el cual les quiero dar las gracias
por acompañarme en estos 3 primeros años de BooksFD (antes Felin Dreams)… así
que espero verlos también por ahí.
Jajaja me enviaste a Haití y seguro morí de forma trágica!! malvada con lo que me dan cosa las muñecas. Es interesante lo de las muñecas y ya los diálogos están más medidos y cortos. Ha sido divertido leerlo tenía curiosidad por lo que nos contaste. Esa Mariana haciendo de las suyas D:
ResponderBorrarSaludos!